JUEVES, 08-10-2020. Lo esencial...

 

 

CRISTO REINA, NOS PREPARAMOS PARA LA ORACIÓN

 

Buenos días, hoy comenzaremos con una reflexión que seguramente muchos ya conocéis pero es bueno recordarrla.

 

Cierto día un motivador estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.

De pie frente a un auditorio compuesto por gente muy exitosa dijo:

Quisiera hacerles una pequeña demostración...

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un cubo lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.

 

¿Cuál deben ser nuestra primera y más grande piedra en la construcción de nuestra vida?

 

Sí, correcto habéis acertado, es Jesús

 

Podemos poner a Cristo en el centro de nuestra vida y llegar a ser uno con Él, como Él es uno con el Padre. Podemos comenzar por separar todo aquello que constituye nuestra vida y luego volver a ponerlo en orden de prioridad, con el Salvador en el centro. 

 

Primero debemos ubicar las cosas que hacen posible que siempre lo recordemos: Quizá se les ocurran otras cosas que sean especialmente apropiadas para la etapa de la vida en la que ustedes se encuentren. Una vez que apartemos el tiempo y los medios suficientes para estos asuntos que centrarán nuestra vida en Cristo, podemos comenzar a agregar otras responsabilidades y asuntos de valor, como la formación académica, las responsabilidades familiares y las ocupaciones personales. 

 

De este modo, lo esencial no será desplazado de nuestra vida y olvidado como por desgracia nos ocurre a muchos de nosotros a menudo…y es que Jesús también cabe en el tarro de nuestras vidas.

 

 

Cristo vence cristo reina cristo impera cristo luz infinita alumbre nuestra inteligencia 

 

Amén

 

Buen Jueves

 

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