29 abril: Talentos al servicio de Dios
CRISTO REINA, BUENOS DÍAS, NOS VAMOS PREPARANDO PARA LA ORACIÓN.
Música relajante: https://www.youtube.com/watch?v=nvadlFs4VYw
CRISTO REINA, Buenos días, nos ponemos en presencia del Seór, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Comenzamos la oración de la mañana de hoy…, respiremos hondo, dejemos que llegue el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios (…), dedicándole estos primeros minutos de la mañana. Hacemos una respiración intensa, cogemos aire y soltamos lentamente. Haz silencio en tu interior y escucha... Por unos momentos desconectamos de nuestros ruidos...escuchamos en el silencio, los latidos de nuestro corazón, sentimos a Dios que nos espera.
Hoy, Señor, comenzamos este nuevo día con corazones abiertos a tu palabra. Gracias por el regalo de la vida, por la oportunidad de seguir creciendo y construyendo cada día, paso a paso, con esfuerzo y esperanza. Hoy, al acercarnos al Día del Trabajo, queremos recordar que cada acto de trabajo, grande o pequeño, tiene un valor infinito en tus ojos. San José Obrero, modelo de humildad y dedicación, nos recuerda que el trabajo es un medio para construir una vida digna, una vida que te honra a ti, Señor. Él, desde su sencillez, nos enseñó que trabajar con amor es colaborar en tu obra de creación. Jesús, tú que resucitaste, nos llamas a salir de los sepulcros de la indiferencia, la pereza y el desánimo, y a construir, con nuestras manos y corazones, una vida nueva, transformada, llena de esperanza. Así como tú nos levantaste, queremos levantarnos cada día para hacer algo que valga la pena, algo que haga crecer nuestro interior y nos acerque más a ti. Ayúdanos a ser valientes, a perseverar y a vivir con el propósito de construir, con nuestras manos y corazones, una vida que refleje tu luz y tu amor. Hoy, Señor, te pedimos que nos ayudes a ver que cada pequeño esfuerzo cuenta, que todo lo que hacemos, por simple que parezca, tiene un propósito en tu plan. Recordemos las palabras de la carta de San Pedro, que nos invita a vivir según el llamado de Dios: «Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, como buenos administradores de la gracia de Dios» (1 Pedro 4,10). Hoy, Señor, pedimos tu ayuda para ser verdaderos administradores de tus bendiciones, para poner nuestros dones al servicio de los demás con generosidad y amor, haciendo de cada acción un reflejo de tu gracia. Ser buenos administradores de tus dones no significa solo cuidar lo que hemos recibido, sino también multiplicarlo. Cada talento, cada momento, cada recurso que nos das, es una oportunidad para hacer el bien, para sembrar esperanza en los corazones de los demás. Nos pides que no guardemos nada solo para nosotros, sino que compartamos lo recibido con los que nos rodean, construyendo juntos un mundo más justo. Ayúdanos, Señor, a ver a cada persona como una oportunidad de servir, y que nuestra generosidad no tenga límites, sabiendo que, en cada acto de amor, por pequeño que sea, te servimos a Ti. Que nuestro trabajo diario sea una forma de devolver al mundo lo que Tú nos has dado, y que no olvidemos que, al ser generosos, también crecemos en tu gracia. Te pedimos también, Señor, que nos des la fuerza para no desanimarnos, para continuar con fe, porque sabemos que, aunque el camino no siempre sea fácil, tú estás con nosotros, guiándonos hacia algo más grande. Que este día nos inspire a sembrar bien, a hacer de nuestro trabajo una oración, y a construir, con paciencia y amor, la vida que tú soñaste para nosotros.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN. Que tangáis un buen día y un feliz puente.
