Siempre es Navidad
CRISTO REINA, BUENOS DÍAS, NOS VAMOS PREPARANDO PARA LA ORACIÓN.
Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Comenzamos la oración de esta mañana serenando nuestro cuerpo, para ellos adoptamos una postura cómoda, hacemos una respiración intensa, cogemos aire y soltamos lentamente…abrimos nuestro corazón a Jesús, y le dedicamos estos primeros minutos de la mañana. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero ¿qué pasa los días después de Navidad? Felicitaciones, abrazos, regalos, descanso, comidas y fiestas se han sucedido sin cesar, exprimiendo hasta el último segundo. Pero ya hemos reanudado nuestra vida cotidiana, nuestros seres queridos han vuelto a sus hogares, volvemos a sumergirnos en el ritmo frenético de nuestra rutina de todos los días: clases, trabajo, comida, estudio, dormir, levantarse, clases, trabajo....
¿Y qué quedará de la Navidad vivida? ¿Se reducirá todo a un recuerdo bonito o en unas fotos publicadas en Instagram o facebook? ¿Dónde quedaron tantos abrazos y felicitaciones? ¿A dónde irán tantas palabras bonitas, esos miles de propósitos para el año nuevo?
Tras la Navidad, volvemos a descubrir que nada material puede llenar el corazón del hombre.
En este año nuevo te invito a hacer silencio, a hacer stop en la vida y reflexionar. Es fácil descubrir que hemos podido cometido el error de creer que cosas externas, materiales y perecederas son la garantía de nuestra felicidad.
Recuerda que el sentido último de la Navidad que hemos vivido está en el Evangelio y en el portal de Belén donde se transfigura la existencia humana. Donde descubrimos por experiencia que la vida tiene un sentido, que somos amados infinitamente, así como que somos objeto de un amor incondicional y sincero que no depende de la marca de ropa o de iPhone, ni de los likes que conseguimos.
Cuando lleguen las frustraciones, las dificultades y el desaliento de este segundo trimestre, recuerda al niño nacido en Belén. Todo el amor de Dios, el sentido último de tu vida ya lo has encontrado en una mano frágil, en un cuerpecito débil y tierno de ese niño recién nacido. Ante un alguien así, ¿quién puede tener miedo? Ánimo y adelante.
Ofrenda del corazón
Padre y Rey de mi corazón, ¿cómo puedo ofrecerte la adoración que te debo y purificar mi corazón para que sea digno de ti? Concédeme la gracia de poder testimoniar mi amor con la coherencia de mis obras. Toca con tu luz mi alma y comunícame una centella del fuego que viniste a encender en la tierra para que yo lo haga prender en muchos otros corazones que canten tu eterno amor.
Corazón de nuestro Rey, únenos a Ti, líbranos de ser mediocres e indiferentes, para que te adoremos cada día con más amor y atraigamos a Ti muchas almas.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO NUESTRO DIVINO BIEN ILUMINE NUESTRA INTELIGENCIA.
QUE EMPECEMOS EL SEGUNDO TRIMESTRE REPLETOS DE ALEGRÍA Y ENERGIAS RENOVADAS