JUEVES 22/10/2020
Cristo reina, nos preparamos para la oración
Buenos días, nos ponemos en presencia del señor en el nombre del padre del hijo y del espituit santo
del santo evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
Hay que cuidarse de ceder a la tentación de idolatrar el dinero. Significaría debilitar nuestra fe y correr así el riesgo de habituarse al engaño de deseos insensatos y perjudiciales, tales que lleven al hombre al punto de ahogarse en la ruina y en la perdición. De este peligro puso en guardia el Papa Francisco durante la homilía de la misa que celebró en la mañana del viernes, 20 de septiembre, en la capilla de Santa Marta.
«Jesús —dijo el Santo Padre comentando las lecturas— nos había dicho claramente, y también definitivamente, que no se puede servir a dos señores: no se puede servir a Dios y al dinero. Hay algo entre ambos que no funciona. Hay algo en la actitud de amor hacia el dinero que nos aleja de Dios». Y citando la primera carta de san Pablo a Timoteo (6, 2-12), el Papa dijo: «Los que quieren enriquecerse sucumben a la tentación del engaño de muchos deseos absurdos y nocivos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición».
Nuestras manos siempre abiertas
y siempre dispuestas para trabajar,
nuestras sencillas palabras
que alegres proclaman toda tu bondad,
nuestros pequeños deseos
de que el mundo entero hoy camine en paz,
nuestro corazón que ama
y que en cada golpe quiere amarte más
Todo lo que con trabajo,
con sudor y llanto intentemos hoy,
todas las cosas bonitas
que con la sonrisa disfrutando voy,
los momentos de tristeza,
el llanto y la pena y la soledad;
hoy ponemos en tus manos
todo lo que somos, todo nuestro afán.
Cristo vence cristo reina cristo impera cristo luz infinita alumbre nuestra inteligencia
Amén