MARTES 27/10/2020

 Nos ponemos en presencia del Señor en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

La canción que acabamos de escuchar dice “puedes contar conmigo y yo puedo contar contigo, porque eso es lo que hacen los amigos”

 

¿A que todos sabemos lo que significa ser amigo de alguien?

 

 La amistad es una experiencia humana hermosa, es un sentimiento que nos hace sentir bien. La amistad es uno de los regalos más maravillosos que nos da la vida. 

 

 Dios mismo se presenta como amigo de los hombres: cuando sella un pacto de amistad con Abraham, con Moisés o con los profetas. En los evangelios también vemos que Jesús, como verdadero hombre, también tiene amigos que le acompañan en el camino. No hubiera sido totalmente humano si le hubiera faltado esta faceta en su vida. Tuvo amigos en todas las clases sociales y en todas las profesiones. Desde personas de gran prestigio social, como Nicodemo o José de Arimatea, hasta mendigos, como Bartimeo. En la mayor parte de las ciudades y aldeas encontraba gentes que le querían y que se sentían correspondidas por el Maestro; amigos que no siempre el Evangelio menciona por sus nombres, pero cuya existencia se deja entrever.

 

La amistad es tan importante que muchos pensadores han reflexionado sobre la importancia de la amistad.

El filósofo griego Sócrates aseguraba que prefería un amigo a todos los tesoros . Para el poeta Horacio, un amigo era la mitad de su alma. San Agustín afirmaba que lo único que nos puede consolar en esta sociedad es la fe no fingida y el amor que une a los verdaderos amigos. Aristóteles definía la amistad como querer y procurar el bien del amigo.

 

¿Te has parado a pensar qué es para ti la amistad?

 

A veces vivimos tan deprisa y tan ocupados, que, al final, nos olvidamos de las cosas importantes. El ruido del mundo que nos rodea y las redes sociales hacen que tengamos menos conversaciones, que dediquemos más tiempo a un buen selfie o a  ver videos graciosos.

Quizás sientes que cada vez tienes más conocidos, más seguidores y menos amigos verdaderos.

 

Para considerar a alguien tu amigo, tienes que querer su bien de la misma manera que deseas lo mejor para ti. Tienes que alegrarte de corazón de todo lo bueno que le pase, como si fuera un logro tuyo. Además, cuando un amigo hace algo que está mal, es tu obligación avisarle de su equivocación, y ayudarle a reconocerlo.

En resumen, la amistad es una forma de amar, por eso aceptamos a los amigos como son y respetamos su libertad.

 

Para saber lo que es un verdadero amigo, fíjate en cómo es Jesús con  nosotros, nos enseña lo que es el bien con su ejemplo, nos perdona sin límite y nunca nos falla.

 

Terminamos con una pequeña oración del Padre Gras:

“Señor, Tú eres mi Amigo que se me confía, mi Guía que me dirige, mi Padre que me sonríe, mi Protector que me guarda y mi Maestro que me enseña”.

 

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA. CRISTO, LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.

 

 

 

 

 

 

 

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