Miércoles, 21-10-2020. Deseo que Tú me inspires

 Cristo reina, ¡buenos días a todos!

Hagamos silencio, respiremos profundamente y preparémonos para comenzar nuestro día en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


 

 ·         Seguimos escuchando audio…

¿Qué es lo que más deseas? En algún momento de nuestra vida hemos sentido el deseo de mejorar, de llegar más lejos, de sentirnos más libres, más auténticos, más valientes… Vemos a grandes personas como Rafa Nadal y deseamos parecernos a él porque nos gusta su modo de vivir sus triunfos y sus fracasos, su modo de esforzarse y luchar, nos gusta su simpatía y la preocupación que ha mostrado por gente más necesitada cuando ha hecho falta.

 

Y vemos a Jesús y también sentimos que Él nos inspira y nos anima y, además, se pone como compañero de camino, para que no nos sintamos solos en la lucha de cada día.

Hoy seguimos tomando prestada otra parte de la oración del jesuita Pedro Arrupe para que nos ayude a desear vivir y actuar como Jesús...

Si deseas que sea Él quien te inspire a dar un paso siempre adelante, deséalo y pídeselo hoy con todas tus fuerzas:

 Enséñame tu modo de mirar, cómo miraste a Pedro para llamarle o para levantarle; o cómo miraste al joven rico que no se decidió a seguirte; o cómo miraste bondadoso a las multitudes agolpadas en torno a ti; o con ira cuando tus ojos se fijaban en los insinceros.

Quisiera conocerte como eres: tu imagen sobre mí bastará para cambiarme.

Desearía verte como Pedro, cuando, sobrecogido de asombro tras la pesca milagrosa, toma conciencia de su condición de pecador en tu presencia.  Querría oír tu voz en la sinagoga de Cafarnaún o en el Monte, o cuando te dirigías a la muchedumbre “enseñando con autoridad”, una autoridad que sólo te podía venir del Padre.

Haz que nosotros aprendamos de ti en las cosas grandes y en las pequeñas, siguiendo tu ejemplo de total entrega al amor al Padre y a los hombres, hermanos nuestros, sintiéndonos muy cerca de ti.  Pues te abajaste hasta nosotros, siendo al mismo tiempo tan distantes a ti, Dios infinito.

Danos esa gracia, danos el “sensus Christi”, que vivifique nuestra vida toda y nos enseñe -incluso en las cosas exteriores- a proceder conforme a tu espíritu.

Enséñanos tu “modo” para que sea “nuestro modo” en el día de hoy, y podamos ser compañeros tuyos, “otros Cristos”, colaboradores tuyos en la obra de la redención.

Pido a María, tu Madre Santísima, de quien naciste, con quien conviviste y amaste durante 33 años, y que tanto contribuyó a plasmar y formar tu modo de ser y de proceder, que forme en todos nosotros otros tantos Jesús como Tú.

 

Pongamos nuestro día en manos de María, nuestra madre, con una oración del Padre Gras:

Que tus ojos me miren, mi dulce Madre; 

que tu corazón me oiga, mi Reina amante.

Que tus labios divinos, piadosos me hablen. 

Si tus brazos me tiendes cuando expirare,
en tal hora bendita, fin de mis males,
a la Corte de tu Hijo, llévame, oh Madre.

 ¡Que tengáis todos un feliz día!

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMÉN.

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"