MARTES 24 /11 DIOS PROVEERÁ

 Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración.

 

Nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Del evangelio según San Mateo.

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

 Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

 Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?


¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y yo os digo que ni Salomón, en todo su lujo, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? 

No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.”

 

PALABRA DE DIOS

 

El evangelio que hemos oído nos dice que a menudo nos preocupamos por cosas que nos parecen importantes, que incluso nos quitan el sueño, cuando en realidad sólo deberíamos de ocuparnos de construir el reino de Dios, porque nuestro Padre cuida de nosotros.

A veces hacemos de un granito de arena una gran roca imposible de aguantar. 
Con frecuencia, sentimos que nos suceden cosas injustas sin merecerlo y sin poder hacer nada para evitarlo. 

Incluso parece que todo está fuera de nuestro control.
Nos empeñamos en planear nuestro futuro  y buscamos desesperadamente ser felices,
pero sin saber muy bien por qué la tristeza se instala en nuestro corazón . 


Son aquellos momentos en los que podemos sentir que todo se derrumba a nuestro paso, en los que no vemos soluciones a problemas cotidianos. Quizás hoy he tenido una mala nota en el examen, o mis padres me han dejado sin móvil unos días porque no ayudo nada en casa, y eso me parece el fin del mundo. Parece que todos están en mi contra para que no sea feliz.

 

¿Te has parado a pensar cuántas personas están en una situación verdaderamente difícil?  

Tu felicidad no depende de un teléfono móvil, o de una sudadera de marca, ni siquiera de lo que pasa a tu alrededor, sino de lo que pasa dentro de ti. 

Si la vida te trae un contratiempo , busca en tu interior la ayuda de Jesús para reunir la fuerza que necesitas para superarlo.

Si es tu hermano el que pasa un momento difícil, ofrécele tu mano para acompañarle.

La felicidad nace de poner el corazón en todo lo que hacemos, y de hacerlo con alegría.

Tu principal preocupación debería ser asegurarte de que estás ayudando a traer el reino de Dios a los que se sienten perdidos, solos, tristes o necesitados. Todo lo demás no debe preocuparte, sólo espera, porque Dios proveerá el resto.

 

 

 

 

 

 

 


Da gracias porque cada mañana amanece y te ofrece la posibilidad de ser mejor y hacer felices a los demás.
Y lo más importante, porque Dios te acompaña y  con Él nada te falta.

 

Terminamos la reflexión de hoy con una oración de buenos días.

 

 

Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me regalas.
Gracias con toda la fuerza
de que soy capaz.
Gracias por este nuevo empezar.
Gracias por tu presencia a mi lado.


Quiero comenzar este nuevo día
con entusiasmo,
con alegría recién estrenada,
con ilusión nueva.

Me da seguridad el saber
que Tú estas cerca:
en mi familia, en mis amigos,
en la gente con la que me voy a encontrar,
en mi propia persona.

Te ofrezco mi trabajo de este día.
Que mi esfuerzo 
sirva para la felicidad de los demás
y me ayude a encontrar mi propia paz.

Que, con mi trabajo, mi día sea un pedacito
de un mundo donde reinas Tú.

Señor, que hoy viva de tal manera
que cuantos se acerquen a mí
descubran tu presencia y tu ternura.

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA AMÉN.

 

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"