MIÉRCOLES, 11-11-2020. Señor, Tú me sondeas y me conoces

 Cristo reina, ¡buenos días a todos!

Hagamos silencio, respiremos profundamente y preparémonos para comenzar nuestro día en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Seguimos escuchando audio… 

 Hace muchos, muchos años, alguien experimentó que Dios estaba más cerca y más adentro de lo que nunca se lo hubiera podido imaginar y, de repente, le brotó dirigirse a este Dios con la confianza de un amigo con otro amigo:

Salmo 138 – Señor, tú me sondeas y me conoces…

 ·       Señor, hoy examinas mi corazón, lo conoces a fondo.

·       Tú me conoces tanto como a Ti mismo.

·       Tú me conoces por dentro.

·       Hoy sabes lo que yo siento. Y conoces a fondo lo que pienso.

·       Hoy sabes cómo me he levantado, cómo y cuándo me siento, me canso, me desconcierto, y por qué me pasa eso que me pasa.

·       Tú me has llamado por mi nombre.

·       Tú has puesto en mi corazón buenos sentimientos.

·       Sabes lo que digo, y lo que no debería decir. Sabes cómo lo digo, y cómo me equivoco diciéndolo así.

·       Tú has hecho mi corazón.

·       Tú me has capacitado para Ti mismo. Tú sabes mis defectos, y me quieres.

·       Sabes los pensamientos y los sentimientos que determinan las palabras de mi boca.

·       Me  abrazas,  y  tu abrazo  es  paz. Es aceptación de la realidad. Es unión con la vida, tal y como es.

·       ¿Cómo huir de tu presencia? Es imposible. En el mar, en los montes, en los océanos, en el trabajo del cada día... allí te presentas. Allí estás presente.

·       Es imposible. En la tiniebla, en el dolor, en el pecado… allí estás Tú, misteriosamente presente. Tú conoces mi pecado, y me quieres.

·       Tú has dado luz a mis ojos.

·       Tú has tomado mis manos y me guías.

·       Tú me has hecho. Me tejiste en el seno de mi madre.

·       Tus ojos me miran. Ven mis acciones, una por una. Pero no intimidan, no acobardan. Dan fuerza, cariño, vigor. No me importa que examines mi corazón. No me hace daño. Me hace bien. Fíjate, Señor, y si voy por mal camino, endereza mis planes.

 

Gracias, Señor, porque me sondeas y me conoces por dentro.

Aquí estoy, Señor, Dios mío, aquí estoy.

 

Pongamos nuestro día en manos de María, nuestra madre:

Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes,

ven conmigo a todas partes y solo nunca me dejes.

 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

¡Que tengáis todos un feliz día!

 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMÉN.

Entradas populares de este blog

29 abril: Talentos al servicio de Dios

VIERNES 19/02/2021

Lunes 25 de octubre de 2021