ORACIÓN MIÉRCOLES 13/01/2021: BAUTISMO DE JESÚS

EL BAUTISMO DE JESÚS 


Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hemos comenzado un nuevo trimestre, un nuevo año, en el que, más que nunca, hemos puesto todas nuestras ilusiones y esperanzas. La Navidad llega a su fin, pero nos deja un buen sabor de boca, pues cerramos el tiempo navideño con la solemnidad del Bautismo de Jesús.

 

“En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: “Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”.

Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: “Tú eres mi Hijo Amado, en ti me complazco”.

Cuando Jesús recibió el bautismo de Juan en el río Jordán, “se abrieron los cielos”. Si el cielo permanece cerrado, nuestro horizonte en esta vida terrenal es sombrío, sin esperanza. En cambio, celebrando la Navidad, la fe, una vez más, nos ha dado la certeza de que el cielo se rasgó con la venida de Jesús. Y en el día del bautismo de Jesús, contemplamos el cielo abierto.

Dios nos da en Cristo la garantía de un amor indestructible. Desde que el Verbo se hizo carne en María, es posible ver el cielo abierto. Fue posible verlo para los pastores de Belén, para los Magos de Oriente, para Juan Bautista, para los Apóstoles. Y es posible también para cada uno de nosotros, si nos dejamos invadir por el amor de Dios y nos dejamos bautizar con el agua del Señor y del Espíritu Santo.

 

El sacramento del Bautismo nos abre el corazón y nos prepara para iniciar el largo y complejo camino de los cristianos. Del mismo modo, igual que el cielo se nos abre, el bautismo nos hace formar parte de la Iglesia de Cristo, es decir, comienza nuestra misión como hijos de Dios.


Acompañados de nuestra Madre María, que nunca nos abandona en el camino, le pedimos por todos nosotros, que sepamos abrir nuestro corazón a Cristo Rey, y que, citando a San Juan Pablo II: “No tengáis miedo de acoger a Cristo. Abrid de par en par las puertas a Jesús, pues conoce todo lo que hay dentro de nosotros.

 

Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbra nuestra inteligencia. Amén.

Que tengáis un buen día.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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