JUEVES, 22-04-2021


Jueves, 22 de abril

LA PEREZa

Buenos días, nos vamos preparando para la oración.

BUENOS DÍAS, CRISTO REINA.

Hay una actitud, de las que casi podríamos llamar “enfermedad del alma”, que suele impedir cualquier clase de cambio en la vida de las personas. Se trata de la pereza. Es como un óxido que se instala en nuestra vida, que dificulta el movimiento de nuestros engranajes; o como un moho que se adhiere a nosotros y no nos deja ver ni sentir más allá de nuestra comodidad.

 La pereza es, de alguna manera, la pasión por la inacción; el gusto por no hacer nada. Tiene, para triunfar, una ventaja sobre las demás pasiones, y es precisamente eso: que no exige nada. Un filósofo alemán definió la pereza como el hábito de descansar antes de estar cansado. Y es un hábito que engancha, porque cuanto menos hace uno menos ganas tiene de ponerse a hacer algo.

 El dramaturgo inglés William Shakespeare escribió sobre ella: “El cansancio ronca sobre los guijarros; en tanto que la pereza halla dura la almohada de pluma”. Y mucho antes el poeta griego Hesíodo dijo: “El hambre es la compañera inseparable del perezoso”. La misma moraleja tiene la fábula de “la cigarra y la hormiga”, que tantas veces habremos escuchado.

 Pero no confundamos la pereza con el ocio, que es el tiempo que no se dedica a lo laboral y que puede ser rico en otras experiencias. La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso para realizar actividades creativas o de cualquier índole. Es una congelación de la voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y emprendedores.

 Es perezoso quien renuncia a sus deberes con la sociedad, con la ciudadanía, quien abandona su propia formación cultural. La persona que nunca tiene tiempo para leer un libro, para ver una película, para escuchar un concierto, para prestar atención a una puesta de sol. Aquel que tiene pereza de convertirse en más humano.

 El antídoto contra la pereza es la voluntad y muchas veces la conciencia de que necesitamos rehacer nuestra vida o ayudar a otros a hacerlo.

 Desde aquí os invitamos a no dejar rodar vuestra vida cuesta abajo, sino a que cojáis las llaves de la casa y os pongáis manos a la obra y a hacer los cambios necesarios. Y si no sabéis por dónde empezar preguntad a la gente que más os quiere. También podéis tratas de escuchar lo que os dice Dios: Él tiene unos buenos planos para cada uno de nosotros.

 PARA TERMINAR, REZAMOS UN PADRENUESTRO EN INGLÉS.

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA. ¡Qué sigáis teniendo una buena semana!

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