MARTES, 6-04-2021. ALEGRÍA (1ªsemana Pascua)
Cristo reina, ¡buenos días a todos!
Hagamos silencio, respiremos profundamente y preparémonos para comenzar nuestro día en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
· Seguimos escuchando audio: (ALEGRÍA) https://youtu.be/b1fsEUaM4-I
APARICIÓN A MARÍA DE MAGDALA
María la Magdalena estaba frente al sepulcro, afuera, llorando. Llorosa se inclinó hacia el sepulcro y ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados: uno a la cabecera y otro a los pies de donde había estado el cadáver de Jesús. Le dicen:
—Mujer, ¿por qué lloras?
Responde:
—Porque se han llevado a mi señor y no sé dónde lo han puesto.
Al decir esto, se dio media vuelta y ve a Jesús de pie; pero no lo reconoció. Jesús le dice:
—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, tomándolo por el hortelano, le dice:
—Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.
Jesús le dice: —¡María!
Ella se vuelve y le dice en hebreo: —Rabbuni–que significa maestro–.
Le dice Jesús: —Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos:
—He visto al Señor y me ha dicho esto.
María Magdalena ha perdido lo más importante que tenía, ha perdido a la persona que le ha liberado profundamente de sus demonios, de sus luchas interiores: Jesús, su mentor, su maestro.
Y María hace lo que hacemos los seres humanos cuando sentimos la pérdida, la tristeza: llora... llora junto al sepulcro, llora y se le nubla la vista, llora junto a lo único que le queda de Jesús: un sepulcro, una tumba.
Cuántas veces lloramos y sentimos que no podemos dar un paso adelante, que no podemos más que dejarnos llevar por la tristeza y el desconsuelo, ponemos la canción más triste que conozcamos y nos hinchamos a llorar...
Hoy Jesús también nos pregunta a cada uno de nosotros: ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?
(instantes de silencio) ¿por qué lloras? ¿qué deseas? ¿Qué necesitas?
Lloro porque no aguanto más, porque he perdido al amor de mi alma, porque me siento mal, lloro y no sé por qué lloro...
María es capaz de poner palabra a lo que verdaderamente le hace sufrir y en ese momento es cuando conecta con Jesús. Y Jesús conecta con ella, ahí, en la verdad; porque en el momento en que nos reconocemos necesitados, en el momento en que ponemos palabra a aquello que nos pasa, en el momento en que nos rendimos, brota la Vida, el Consuelo, esa profunda alegría... eso que llamamos los cristianos Resurrección.
No temas llorar. La Resurrección solo llega cuando tocamos fondo, cuando tampoco tememos esos tiempos de cruz.
"Tú me salvas No te cansas de mí, aunque a ratos ni yo mismo me soporto.No te rindes, aunque tanto me alejo, te ignoro, me pierdo. No desistes, que yo soy necio, pero tú eres tenaz. No te desentiendes de mí, porque tu amor puede más que los motivos. Tenme paciencia, tú que no desesperas, que al creer en mí me abres los ojos y las alas…" (José María Rodríguez Olaizola, sj)
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.
¡Que tengáis todos un feliz día!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMÉN.