Miércoles 14 de abril
Miércoles 14 de abril
Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor mío y Dios mío creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes , te pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este momento de oración.
Vamos a reflexionar, sobre un valor tan cristiano, y al mismo tiempo tan humano, como la necesidad del PERDÓN. Todos experimentamos esta verdad en la vida: necesitamos perdonar y también necesitamos pedir perdón. Esto lo vivimos dentro de nuestra familia, con los amigos, con los que nos rodean. Vamos a recordar también algunas de las enseñanzas que Jesús nos ha dejado en los evangelios sobre el perdón.
Lectura del Evangelio
Dijo también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, esta parábola: “Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias." En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.” (Lc.18, 9-14)
Esta parábola describe dos formas de vivir la religión: el fariseo cumplidor de todas las leyes, y el publicano que era considerado un pecador público y toda la gente lo consideraba indigno. Dios justifica no al intachable fariseo sino al publicano. Y es que el perdón de Dios se está por encima de todo. Más importante que la ley, es el amor.
Terminamos con una oración del Padre Gras
Te rogamos ,Señor,
Por las necesidades de tu Inmaculada Esposa, la Iglesia.
Derrama sobre ella tu clemencia;
Dale fortaleza en la lucha
Atiende a tus trabajos.
Perdona nuestras culpas
Y, danos, junto con el don de la buena voluntad,
El fruto de la paz
Que en el Nacimiento del Señor
Anunciaron a los hombres
Los coros de los ángeles.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén. Que tengáis un buen día.
