Lunes 10/5/2021
BUENOS DÍAS. CRISTO REINA. NOS PREPARAMOS PARA LA ORACIÓN
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
LECTURA: "Juan
14, 23-29"
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El
que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es
mía, sino del Padre que me envió.
Os
he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el
Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os
dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble
vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a
vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque
el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, sigáis creyendo.»
MEDITACIÓN: "Haremos
morada"
Te
has empeñado en ser un Dios cercano, un Dios íntimo, un Dios que camina inserto
en nuestras propias entrañas. No quieres ser algo o alguien ajeno, que desde
fuera y desde lejos, quiere inmiscuirse en nuestra vida y en nuestra historia.
Quieres tocar nuestro corazón. Eres la expresión máxima, más auténtica y
profunda, de nuestra capacidad de amar.
Sólo cuando nos cerramos, cuando desconfiamos de ti,
cuando te cerramos el paso hacia dentro y hacia fuera, sufrimos la experiencia
de nuestro vacío y buscamos llenarnos sólo desde el exterior, cuando la fuente
que da sentido a lo de fuera está dentro. Y así van tomando fuerza más los
signos de muerte que los de vida. Así superficializamos las cosas, nadamos de
mala manera en la superficie de nosotros mismos y de la historia, en lugar de
atrevernos a bucear en las ricas y maravillosas profundidades de nuestro ser
porque, tal vez, tenemos miedo de descubrir ese tesoro que somos y que estamos
llamados a
compartir.
Tu inmersión en nosotros no es para dominarnos, no es
para alienarnos, es para potenciar con nosotros, las posibilidades infinitas de
nuestro amor. Es para hacernos experimentar la plenitud de la que somos
portadores. La confianza y la paz en la que estamos inmersos y que nos invitas
a derramar, porque no está apoyada en nada que se nos dé de fuera, ni está
supeditada a las circunstancias en las que nos movemos, está enraizada en
nuestras entrañas ansiando salir, manifestarse, como don gratuito que conforma
nuestra realidad humana. Desde ahí tu palabra me llena de sentido y me descubre
la grandeza de mi
ser.
ORACIÓN: "Abrirte
mi corazón"
Tú,
una y otra vez, me invitas a mirarme dentro. A dejarte entrar en lo más
profundo de mí y descubrirte ahí, asentado en mi esencialidad, como amor ansioso
de desbordarse, como paz, como acogida, como verdad profunda, como
posibilitador de lazos de solidaridad y fraternidad, pero no de gestos
puntuales, sino llamados a implicar todas las relaciones humanas.
Gracias,
Señor, por tu empeño. Gracias por tu cercanía. Gracias por la dignidad que me
otorgas, aunque la rechace. Gracias porque puedo descubrir en ti el sentido de
mi ser humanos. Gracias por respetar mi libertad hasta el límite de no
aceptarte. Pero ayúdame a despertar de mi ceguera, ayúdame a abrirte mi corazón
para que contigo y desde ti, pueda colaborar en la posibilidad de construir un
hombre y un mundo nuevo.
Para
terminar, como estamos en el mes de la Virgen, rezamos la oración de san
Bernardo dedicada a Ella
ORACIÓN DE SAN BERNARDO
Siguiéndola, no te extravías.
Invocándola, no te desesperas.
Pensando en ella, no divagas.
Apoyado en ella, no caes.
Guiado por ella avanzas tranquilo.
Escudado con ella, no temas.
Con su favor, llegas hasta el fin.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA,
CRISTO, LUZ INFINITA, ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA. AMÉN