Miércoles 12 de mayo
Miércoles 12 de mayo
Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Señor mío y Dios mío creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes , te pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.
MARÍA, BIENAVENTURADA
Estamos en de los meses del año más bonitos: es el mes de las flores, el mes de María.
Los hombres vamos haciendo realidad la “profecía” de María: “Me llamarán dichosa todas las gentes”. Asomamos nuestros ojos y vemos tantas cosas que nos hablan de ella... María es la mujer a la que cantan todos los pueblos, celebrando su fidelidad a Dios. María es grande porque se reconoce humilde ante Dios. Uno queda abismado por la inmensa humildad, por la madurez y naturalidad con que María asume el misterio en medio de una inmensa soledad. Toda la historia no será suficiente para agradecer y admirar tanta grandeza.
María dijo:
“Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”.
Palabra de Dios (Lc 1, 46-49)
Feliz tú, María.
1. Feliz tú, María, que has creído. A pesar de las oscuridades y dudas, a pesar de lo difícil del camino has creído en el plan de Dios.
2. Feliz tú, María, que, después de aceptar el plan de Dios sobre ti, acogiste con paz todas las sorpresas que Dios te iba preparando.
1. Feliz tú, María, por reconocerte pequeña ante Dios; por reconocer que las maravillas que había en ti eran obra de su amor.
2. Feliz tú, María, que te entregaste en manos de Dios y desde entonces viviste llena de su Espíritu. Feliz tú, María, que te conviertes en Madre de todos los hombres y nos haces hermanos.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén. Que tengáis un buen día.
