Miércoles 23 de junio

 


Miércoles 23 de junio

Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

    Señor mío y Dios mío creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes , te pido perdón por mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.

  Hoy es un día muy señalado, es el último día del curso, mañana todos vosotros gozaréis de las vacaciones hasta el mes de septiembre y muchos de vosotros seguro que esperáis un premio, una recompensa y cuando pienso en esto me viene a la cabeza el Credo que rezamos todos los domingos, al final del Credo se dice “ espero en la vida futura”, “creo en la vida eterna”. El credo nos hace pensar en el cielo, porque el cielo es la recompensa, el premio que tiene el Señor para nosotros y lo que nos ayuda a ser buenos y es cuando nos tenemos que preguntar 

            ¿Por qué hago las cosas, 

¿Qué me motiva, cuál es el motor? 

¿Cuánta es mi rectitud? 

¿Mi intención real cuál es al hacer esto o al hacer aquello?.

 

La recompensa más importante es la del Señor que ve en lo secreto, que ve en lo escondido, es la recompensa que merece la pena, la intención es lo importante, la intención de tener amistad con Jesús.

 

Como he dicho al principio hoy es el último día de este curso 2020-2021. Hace unos meses empezamos juntos una aventura en la que todos íbamos a ser los protagonistas.  El curso ha sido duro e intenso por la pandemia y sí se puede hacer balance y tocar con el corazón la recompensa, el premio que Jesús nos ha dado por eso os digo :felicidades porque   habéis contribuido en gran manera a vencer  el miedo y la incertidumbre, porque habéis resistido el frío, porque os habéis roto la voz junto con vuestros profes con  la mascarilla, porque habéis  respetado las normas en las clases y en el aula y gracias porque hemos llegado a junio con menos incidencias de las que cabía esperar. Y otra cosa, chicos,  la recompensa mejor es dar las   gracias a todos los profesores  y al Señor porque sin su labor la vida no tendría clase.  

 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén. Que paséis un buen verano.

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