Jueves, 16-09-2021. Porque Tú me has cuidado primero

 Cristo reina, ¡buenos días a todos!

 ·         Escuchamos audio: Hoy despierto https://youtu.be/iivzWPLDFVw 

Bienvenidos a este nuevo curso, bienvenido y bienvenida a tu familia Cristo Rey, familia que formamos entre todos y gracias a cada uno de vosotros. Y bienvenidos especialmente quienes habéis llegado nuevos este año, llenos de nerviosismo y de muchos miedos. Todos nos hemos sentido así en alguna ocasión, así que os comprendemos y os echaremos una mano en todo lo que necesitéis hasta que os sintáis en casa.

Y bienvenido también tú, Jesús, a nuestras vidas... quizá durante el verano no te hemos dicho apenas nada ni nos hemos sentado a tratar de escucharte, pero estamos seguros de que has estado presente junto a cada uno de nosotros en todo momento.

Vamos a intentar hacer memoria de alguno de esos momentos:

  • Cierro los ojos por unos instantes
  • Respiro hondo llenando bien mis pulmones, una vez... y otra... y otra vez
  • Y ahora traigo a mi memoria una persona, solo una,... me vendrán varias, pero me quedo solo con una, recuerdo su cara, imagino su mirada, sus manos, su sonrisa, su voz,... 
  • ¿por qué esa persona y no otra?

 Una noche tuve un sueño. Soñé que estaba caminando en la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: una era mía, la otra del Señor. Cuando la última escena de mi vida pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas de la arena, y noté que muchas veces en el camino de mi vida había solo un par de pisadas en la arena. Noté, también, que eso sucedió en los momentos más difíciles y angustiosos de mi vivir.

Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor. Tú me dijiste cuando decidí seguirte, que Tu andarías siempre conmigo todo el camino; pero noté que, durante los peores momentos de mi vivir, había en la arena de los caminos de la vida sólo un par de pisadas. No comprendo por qué Tú me dejaste en las horas que yo más te necesitaba."

El Señor me respondió: "Mi querido hijo. Yo te amo y jamás te dejaría en los momentos de tu sufrimiento. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí donde yo te cargué en mis brazos."

Gracias, Jesús, por esa persona que me quiere, me cuida, por quien me sostiene y por aquella que incluso, a veces, me ha llevado en brazos. Tú estabas ahí y yo no lo sabía.

Despierta ahora en mí toda mi sensibilidad, toda mi capacidad de AMAR y de CUIDAR DE LOS DEMÁS. Sé que seré feliz cuidando de todo y de todos como Tú lo has hecho conmigo primero.

Jesús en mi pensamiento, Jesús en mi corazón,
Jesús en todo momento, vivid Vos en mí, no yo. AMÉN

¡Que tengáis todos un feliz día!

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMÉN.

Entradas populares de este blog

29 abril: Talentos al servicio de Dios

VIERNES 19/02/2021

Lunes 25 de octubre de 2021