Jueves, 30-09-2021. ¿Náufrago o timonel?

Cristo reina, ¡buenos días a todos!

 ·         - Audio: Qué caprichosa la vida


Respiremos hondo, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana:

Qué caprichosa nos resulta la vida en tantos momentos, cuántas cosas se escapan a nuestro control, cuántos imprevistos, cuántas sorpresas... y no siempre estás preparado para todo ello.

La vida es caprichosa, sí, pero no somos náufragos, somos timoneles de la barca de nuestra vida. Decía Ortega y Gasset que “yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”... Y es que muchas veces nos intentan convencer de que no hay nada que podamos hacer, nada que cambiar (de nosotros mismos, de los demás, del mundo,...), nos venden que somos barcas sin remos, sin timón, sin capacidad para decidir cómo y hacia dónde dirigir nuestra vida y el mundo. 

Pero somos más que nuestra circunstancia, somos más que polvo de estrellas, somos seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios, somos semejantes a Él precisamente en su mejor capacidad: la capacidad de amar y de dar la vida por amor.

 - Imaginemos por un instante que estamos en el mar... en una barca... una barca con remos, o con motor, pero con timón.....¿cómo te imaginas tu barca? Siente cómo el agua te mueve, te obliga a estar sentado para no caerte... algunas olas son demasiado grandes y te tienes que agarrar a los bordes con más fuerza.... ¿qué cosas hacen peligrar tu barca ahora mismo?

(silencio)

Hoy, Señor, quiero pedirte que me ayudes a agarrar el timón de mi vida. Te pido que me ayudes a decidir qué quiero hacer con mis circunstancias, con lo que vivo, con lo que siento, con las cosas que me pasan.

A veces pienso que aún no es mi momento, que aún no soy capaz,... pero entonces recuerdo una escena en la que tampoco tú, Jesús, sentías que fuera ya tu hora: cuando fuiste a la boda de Caná. Te lo estabas pasando verdaderamente bien con tu familia y tus discípulos y cuando faltó el vino ni se te ocurrió que tú pudieras o tuvieras que hacer algo para solucionarlo.

 Y fue María, tu madre, quien te puso las pilas pidiéndote que hicieras algo para que la boda no se estropeara. Tú le respondiste que aún no había llegado tu hora...¿Y a mí qué? dijiste.

Menos mal que María, como tantas madres, no te hizo ni caso y consiguió que hicieras algo... hasta los sirvientes de la boda hicieron lo que tú les dijiste. Salvaste la boda y no porque se te hubiera ocurrido a ti, sino porque María creyó en ti y en lo que tú podías llegar a ser y a hacer.

 Jesús, coger el timón de mi barca, el timón de mi vida, supone dejar muchas cosas de niño e ir dando pasos hacia mi ser de adulto. Significa que ya no le puedo echar la culpa de lo que me pasa a los demás, significa que tengo que tomar decisiones y arriesgarme a fallar.

Gracias por aquellas personas que creen en mí, en mis capacidades, como María creyó en ti. Gracias por todas las veces en que me han impulsado a hacer algo que no me sentía capaz.

 Ayúdame tú, Jesús, a actuar como si todo dependiera de mí, pero confiando como si todo dependiera de Dios. Ayúdame a dejar de vivir como un náufrago, porque tú me has hecho libre, a tu imagen y semejanza.

 Jesús en mi pensamiento, Jesús en mi corazón,
Jesús en todo momento, vivid Vos en mí, no yo. AMÉN

 

¡Que tengáis todos un feliz día!

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMÉN.

 

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"