Miércoles 22 septiembre
Buenos días, Cristo Reina, nos ponemos en presencia del Señor en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Del evangelio según San Mateo, "Mientras caminaba cerca del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Simón, que se llama Pedro y su hermano Andrés, echando las redes al mar, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Al punto, dejaron sus redes y le siguieron"
Palabra de Dios
(Reflexión)
Cuando Jesús llama a alguien nunca pasa desapercibido. A nosotros también nos llamó, desde el mismo día de nuestro bautismo.
La buena noticia para nosotros es que hemos sido llamados y seguimos siendo llamados, a pesar de que no seamos perfectos, o no nos portemos siempre bien. Jesús nos espera sin desanimarse, porque conoce todo lo bueno que hay dentro de nosotros.
Cada día, cuando nos levantamos, tenemos una nueva oportunidad para seguirle. Ahora, mientras estamos en este rato de oración, puede que oigas a Dios que está diciendo en tu corazón: “Despierta, sígueme, te mostraré la verdadera Vida”
Quizás no seas capaz de escuchar esa voz porque piensas: ¡Yo estoy bien como estoy! ¡Yo me siento bien!”. No te preocupes, hay muchas personas que piensan así, porque descubrir que hay otra manera de ser y de vivir, no es tan sencillo, si no nos lo descubre..., si no nos lo enseñan.
Dios no nos grita para que cambiemos, nos susurra para que le sigamos. Lo de Dios se percibe mejor cuando se vive con el corazón. Como sólo vivas con los ojos y dando valor a lo superficial... no descubrirás a Jesús.
Hay gente que no se da cuenta de que necesita dar más cariño, más tiempo, más sonrisas, y menos gritos a la familia y a los amigos. Hay gente que no se da cuenta de que hay personas que sufren porque las miramos mal o contestamos con malos modos, sin mirarlas a la cara siquiera.
Cuando nuestros padres, un amigo o un profesor nos avisan de que estamos haciéndolo mal, a nosotros nos parece que estamos bien, y nos justificamos diciendo: “Es que yo soy así”...
Despierta: a lo mejor hasta ahora has sido así, pero puedes ser de otra manera. Has sido llamado, invitado por Jesús a ser de otra manera, más humana, con más corazón. Por delante tienes un curso entero para hacer cada día un gesto por los demás, para demostrar que sabes lo que está bien y que no te dejas llevar por lo que hagan otras personas. Haz caso a todo lo bueno que Dios puso dentro de tu corazón.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA. CRISTO, LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, Amén.