Lunes 22 de noviembre

 

Lunes 22 de noviembre


Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

            Señor mío y Dios mío creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes , te pido perdón por mis pecados y  gracia para hacer con fruto este rato de oración.

 

Lucas 10:25-37 Parábola del buen samaritano

En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:

—Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

 Jesús replicó:

—¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?

Como respuesta el hombre citó:

—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”

—Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.

Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?

Jesús respondió:

—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste de más, se lo pagaré cuando yo vuelva.” ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.

—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.

 PALABRA DE DIOS

 

Reflexión y acción:

Estas palabras pueden parecer antiguas, fuera de tiempo, lejanas a nuestra realidad, sin embargo cuántas veces gente a nuestro alrededor necesita ayuda, cuántas veces vemos personas “tiradas”, mendigando para comer, o mendigando compañía, personas que lloran amargamente ante sus problemas, conocidos que nadan en la soledad... ¿Y cuál es nuestra actitud?, ¿Quién eres tú, el sacerdote, el levita o el samaritano? (silencio breve)

 

Te propongo algo en el día de hoy…haz verdaderamente que CRISTO REINE, y hazlo desde la misericordia, mira con el corazón y no dejes a tu prójimo tirado. Tiéndele una mano.

 

ORACIÓN P. GRAS

Tú que has vencido a la muerte,

no permitas que tu sangre

haya sido derramada estérilmente por nosotros.

No permitas que seamos vencidos

cuando luchamos por ti.

Anímanos cada día

en la obra de la defensa de tu Reino.

para que no vivamos ya más que tu vida,

y en todo busquemos tu voluntad

y así sintamos en nuestro corazón

la alegría de la victoria para siempre

 

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.

 

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