Miércoles 24 / 11 /2021

 Buenos días Cristo reina, nos preparamos para la oración.

 

 

Hacemos silencio, respiramos profundamente y empezamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo.

 

Del evangelio según San Lucas:

 

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de gente del pueblo procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de Él una fuerza que los curaba a todos.

 

Palabra de Dios

 

¿Sabías que tú y yo somos apóstoles? , hemos sido enviados al mundo con una misión:  Estamos llamados a anunciar lo que Jesús nos enseñó. 

 

 

 

 Puede que me parezca extraño pensar así de mí mismo, como un apóstol.

 

¿No suena demasiado solemne? ¿demasiado religioso? 

Yo, en mis circunstancias,  en mi vida , en el colegio, en la familia, con los amigos… Yo, hombre o mujer, joven o viejo, … pues sí, tengo también una misión, una tarea.

Como el personaje de una película que tiene una misión única,  especial,  porque yo también soy único y especial, y el mundo sería diferente si yo no estuviera en él.

 

 

 

Los apóstoles eran distintos. Ya puestos, ni siquiera estaban de acuerdo en todo. Discutían, veían las cosas de forma diferente. Y seguro que cada uno tenía una personalidad propia. .

 Éste tenía sentido del humor,  aquel otro era más callado. Uno era un poco cobarde, y el otro valiente…

También yo tengo mi forma de ser, mis talentos, mis capacidades,  y  por supuesto, mis manías.

Tal vez hay alguien que me necesita como soy, que agradecería una palabra mía, una sonrisa . Alguien que espera mi entusiasmo. Alguien a quien tengo que contar una buena noticia, o dar un abrazo porque  está triste o desesperado.

 

 

Dios despierta en mí una forma concreta de contar su historia, de hacer el bien. Para ti será la ternura, o la alegría. Para mí la paciencia,  o la firmeza. Para tu compañero de al lado, la creatividad, o la imaginación.
Hay tantos caminos diferentes  como personas. El reto es que mi manera sea también, de algún modo, la manera de Jesús.

Así que tengo un camino abierto delante de mí;  tengo a mis amigos, familiares, compañeros que necesitan de mí y de esa manera de ser que me hace único.

Sólo me queda pararme un poquito y pensar cuáles son mis armas,  mis talentos para afrontar el reto de descubrir “Cuál es mi manera de hablar sobre Dios y vivir su evangelio”

 

Vamos a terminar esta reflexión pidiéndole a la Virgen que nos ilumine , que nos aparte del ruido exterior que nos invade cada día, para encontrar en el silencio de la oración a nuestro verdadero yo, reconocerlo, quererlo y ponerlo al servicio de los demás.

Rezamos juntos un Ave María.

 

DIOS TE SALVE MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO, BENDITA TÚ ERES ENTRE TODAS LAS MUJERES Y BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE JESUÚS.

SANTA MARÍA MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE AMÉN.

CRISTO VENCE,  CRISTO REINA , CRISTO IMPERA.

CRISTO ,LUZ INFINITA , ALUMBRE NUESTRA 

INTELIGENCIA.  AMÉN

 

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