JUEVES 24/03/2022 Día mundial del clima 26 marzo

Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para el rezo de la mañana, respiramos hondo, inspirando tranquilamente y soltando el aire lentamente y nos abrimos a Cristo en esta oración, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Con motivo de la celebración del día mundial del clima el próximo sábado 26 de marzo, vamos a dedicar la oración de hoy a reflexionar sobre nuestras acciones para cuidar nuestra casa común que es la Tierra y así ayudar en la medida de nuestras posibilidades a reducir la aceleración del cambio climático y sus nefastas consecuencias.


Todos hemos escuchado en mayor o menor medida en la calle o en las noticias que cada año las temperaturas aumentan, que en verano cada vez hace más calor, que las sequías son cada vez más intensas, que no llueve lo que llovía antes, que se están derritiendo los glaciares de las montañas y el hielo de los polos, que se extinguen muchas especies animales, que está subiendo el nivel del mar, que aparecen fenómenos atmosféricos cada vez más intensos e inusuales…. Todo ello es consecuencia del aumento del efecto invernadero que el ser humano está provocando con su estilo de vida. Ese estilo de vida en el que usamos bienes de baja calidad, los usamos y los tiramos, no consideramos la reutilización tras haber desempeñado su función principal, ni siquiera el reciclarlos, consumimos mucho más de lo que realmente necesitamos, en resumidas cuentas, no pensamos en las consecuencias de nuestras acciones, no haciéndonos responsables.


Suena extraño que estemos deteriorando el planeta a un ritmo tan acelerado en pleno siglo XXI y no seamos capaces de revertir la situación con los grandes avances tecnológicos, las técnicas tan avanzadas y el crecimiento económico que estamos desarrollando, pero claro, no lo podemos conseguir porque falta lo más importante, el auténtico progreso social y moral necesario para usar todos esos factores a favor del propio ser humano para cuidar el mundo en el que vivimos y así cuidarnos a nosotros mismos.


Ese auténtico progreso social y moral es el que se promueve desde el cristianismo más verdadero, en el que se pide el amor al prójimo, no sólo amando a aquellos que conviven con nosotros en esta época, sino a los que vendrán en el futuro a vivir aquí, acordándonos y solidarizándonos con ellos y dejándoles al menos un mundo como el que nosotros estamos disfrutando, o incluso mejor, pero nunca peor.


Podemos cambiar muchas cosas con nuestras acciones, podemos reducir los residuos que generamos, ayudar a separar los residuos en casa para su posterior valorización y reciclaje, podemos reducir el consumo de energía apagando la luz, bajando la temperatura del aire en invierno o cerrando un poco la llave del radiador y poniéndonos sudadera en casa, moviéndonos a pie o usando transporte público, consumiendo bienes cercanos y lo más naturales posibles, hablando en nuestras redes sociales o en la calle de cómo actuamos y sus consecuencias en el medio ambiente, indagando y aprendiendo de cómo afectan nuestras acciones al cambio climático…


También podemos participar en el apagón mundial de las luces y aparatos eléctricos y electrónicos este sábado 26 de marzo entre las 20:30 de la tarde y las 21:30.


Aprovechemos este tiempo de cuaresma para servir a la humanidad con aún mayor intensidad, como lo hizo Jesús, acordándonos de dar no sólo al que tenemos al lado o al que tenemos lejos sino a aquellos que vendrán. 

¡Es la hora! La hora de actuar por cuidar nuestra casa, la de todos.


CRISTO VENCE, CRISTO REINA CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Os deseamos que tengáis muy buen día.


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