JUEVES 27/04/2022 Felicidad

Buenos días, Cristo Reina.

Despertamos nuevamente para dedicarle unos minutos a la oración de la mañana y ponernos en presencia del Señor en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos queremos ser felices, da igual si somos de España, de Korea del Norte, de Ucrania o de Afganistán…, y da igual también los acontecimientos que ocurren en nuestras vidas, todos queremos ser felices. Pero, ¿Qué es ser feliz?


Es el sentimiento que indica que realmente estás disfrutando de la vida y que deseas aprovechar esta vida al máximo viviéndola intensamente, nos hace sentirnos bien con uno mismo y con lo que tiene, sin importar lo que falta o lo que tiene el otro, además, nos permite disfrutar de lo que nos acontece sin importar lo breve que sea aunque nos cueste esfuerzo. 


La felicidad es el elemento más importante que nos puede ayudar a desarrollarnos plenamente y conseguir que demos todo lo que podemos dar tal y como nos muestra Jesús.


Un pensamiento muy generalizado es pensar que la felicidad es algo que simplemente ocurre o no; de la cual no tenemos control. Es fácil pensar que nuestra felicidad depende de las cosas que nos pasan.


Pero esa no es la manera en la que la felicidad ocurre. Los estudios de investigación indican que solamente una pequeña parte de la felicidad, aproximadamente un 10%, depende de la situación en la que se encuentra una persona. Entonces, ¿de dónde proviene la mayor parte de nuestra felicidad?

Por un lado, depende de la alegría innata, existen personas que por su manera de ser sonríen con mucha facilidad y son optimistas incluso cuando la gran mayoría no piensa que pueda resultar nada positivo de algún acontecimiento.


Entonces, ¿qué sucede con las personas que, por el contrario, han nacido con una tendencia a ser más bien malhumoradas o no tan alegres u optimistas? Es posible que estas personas vean lo malo en la gente y las situaciones en vez de lo bueno. Posiblemente estas personas sean más tristes que alegres, pero si desean ser más felices (¿Quién no lo quisiera?), pueden conseguirlo.


La decisión de ser feliz o no serlo, DEPENDE de nosotros. Más de la mitad de la felicidad que podemos sentir depende de cosas que están bajo nuestro control. Una parte importante de qué tan felices somos depende de nuestra actitud, de cómo afrontamos los retos de cada día, debemos de hacer siempre la lectura más optimista y constructiva posible, depende a su vez de los hábitos que tengamos, es importante dormir suficiente y alimentarnos correctamente entre otras muchas cosas.


Hay otros elementos que podemos controlar y que hacen a las personas felices, como centrarnos en sentir emociones positivas como la Alegría, el Amor, el Asombro, el Humor, el Entusiasmo, el Gozo y la Calma. Por eso es tan importante que hagamos cosas que nos brinden estas emociones positivas. Hasta el simple acto de dar un paseo o jugar con los amigos o con una mascota puede darnos emociones positivas.


Tan importante como sentir emociones positivas es controlar nuestras emociones negativas, en muchas ocasiones consecuencia de situaciones difíciles, pero son parte natural de la vida e inevitables muchas de ellas, siendo conscientes de ellas reflexionando sobre cómo nos hacen sentir y aprendiendo para conseguir que no nos afecten durante más tiempo del necesario.


Otro elemento que nos ayuda a ser más felices es desarrollar nuestras fortalezas e intereses que son aquellas cosas que hacemos bien como pintar, leer, practicar algún deporte, programar con algoritmos, tocar algún instrumento, hablar en otro idioma... Todos tenemos fortalezas, incluso si todavía no las hemos descubierto, descubridlas.


Es fundamental a su vez, mantener buenas relaciones con Dios y con las personas que nos rodean. Cuando nos sentimos acompañados por Dios, cuando somos capaces de dar apoyo a los demás y que nos apoyen somos más fuertes, capaces y por tanto, felices. Son fundamentales para ello la oración, la comprensión a los demás, la identificación y expresión de nuestras emociones, la empatía, la bondad y la gratitud.

También ayuda a aumentar nuestra felicidad el ser más conscientes de lo que nos acontece, prestando atención a las consecuencias de nuestras acciones, notando las maneras en las que podemos crear un impacto positivo a nuestro alrededor.

Nos ayuda a ser más felices el vivir siguiendo los valores que creemos importantes. Dedica tiempo para pensar esas cosas que consideras importantes (como ayudar a otros, mejorar tu manera de ser o proteger el planeta) y posteriormente dedica esfuerzo a definir metas que las reflejen y estableciendo pasos razonables para alcanzarlas sin pasar por alto ningún detalle en el camino que seguro nos aportará mucho.


Pon todo el empeño posible en cada cosa que intentes hacer, sin la necesidad de ser perfecto, nadie lo es. Si algo que intentas hacer no resulta bien, mantente optimista y constructivo e inténtalo nuevamente de distinta manera. Ten confianza en ti mismo.


Sabes que puedes aprender a ser más feliz practicando cada uno de los factores que afectan a la felicidad. ¡Son muchas cosas en las que debes pensar! No puedes hacerlas todas al mismo tiempo. Debes comenzar poco a poco seleccionando una en la que te concentrarás y luego vendrá otra y así sucesivamente.

¡Vive cada día con intensidad, despierta a la vida, a la felicidad que todos nos merecemos!


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