Jueves 26/05/2022 Misters del Madrid y Liverpool

Buenos días, Cristo Reina.

Despertamos de nuevo para dedicarle unos minutos a nuestra oración de la mañana, nos ponemos en presencia del Señor en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En un par de días tendrá lugar la final más importante del fútbol europeo, la final de la Champions. Las miradas recaen en nombres puntuales. Por un lado, los hinchas del Liverpool no dejan de alucinar con el Lucho Díaz entre otros y «rezan» por que Salah y Van Dijk lleguen a tope para ese día. Del lado del Madrid, el orgullo no cabe frente al año de su capitán Benzema y la cohesión que han logrado como equipo mezclando juventud con veteranía. En la línea de banda dos nombres: Jürgen Klopp y Carlo Ancelotti, los entrenadores.

Quizá, mi momento actual me lleve a fijarme en ellos. Me pregunto ¿dónde adquirieron las herramientas para llegar y sobre todo para transmitir tan bien sus ideales a vestuarios con futbolistas de culturas e historias tan variopintas? ¿cómo se hacen escuchar frente a individuos considerados «estrellas»? ¿En qué radica el éxito de un director técnico? ¿cómo hacer una especie de simbiosis entre técnico y jugadores?

Solemos pensar que el éxito de un entrenador empieza en una prolífica carrera como jugador. Pero ese no es el caso en estos dos entrenadores, Klopp no pasó de la segunda división alemana e incluso Ancelotti, aunque vivió grandes años como jugador en la Roma y en el Milán, estuvo eclipsado por otras figuras del momento. La cuestión radica, en que hoy, salvo ligeras excepciones, nos encontramos con grandes entrenadores con carreras discretas como jugadores.

Estoy convencido que gran parte de sus éxitos radican en el empleo de varias herramientas que les han permitido dar lo mejor de sí mismos, entre otros:

-Visualizarse logrando pequeños objetivos, que han establecido previamente para alcanzarlos unos detrás de otros, poco a poco.

-Evitar pensamientos negativos que no ayudan.

-Meditar sobre uno mismo y con Dios.

-Resistir ante los momentos duros.

-Competir contra uno mismo y no contra otros para conseguir ser mejor.

-Ser constante en el trabajo.

-Analizando y considerando recomendaciones, y por último,

-Celebrando y agradeciendo cada una de las victorias por pequeñas que fueran.

Estos ejemplos, nos sirven y motivan en la vida y en la fe. ¡todo cuenta! cada día se nos presenta lleno de oportunidades, oportunidades de crecimiento y agradecimiento, acogida y compromiso, celebración y reflexión. La vida, entendida como camino, no deja de crear momentos para poder elegir entre las tantas opciones que nos ofrece para disfrutar alcanzando nuestros objetivos y la mejor experiencia cristiana. En ese camino, esas elecciones tomadas conllevarán en algunos casos aciertos y en otros errores, sinsabores como también profundos gozos, pero lo más importante es realizar reflexión y lectura de lo vivido para aprender y así ser mejor dando todo lo que uno tiene. En resumidas cuentas: el camino enseña y no debemos de olvidarnos de conseguir el principal objetivo, aprender para ser mejores cada día con nosotros mismos, con los demás, en nuestras tareas y deberes…

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

¡Qué tengáis muy buen jueves!


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