La Coronación de Espinas

Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana



Contigo María - Athenas


Nos disponemos a escuchar la oración de la mañana y para acoger lo que vamos a escuchar, disponemos nuestra mente y nuestro corazón, para ello vamos a hacer tres respiraciones muy lentas y muy profundas… Ahora cada uno fija su mirada en un punto de la mesa. Fija tu mirada como si fuera el zoom de una cámara fotográfica, dejando lo demás en un segundo plano… céntrate y mantén tu atención en ese punto… (3 segundos de silencio). Ahora mira a otro punto de la mesa, centrando tu mirada y toda tu atención en ese punto, como si no existiera nada más… (3 segundos de silencio) … Mientras respira muy despacio y muy profundo… Mira a otro punto de la mesa… céntrate en él y mantén en él toda tu atención… Mira ahora a otro punto… como si todo lo demás desapareciera...


Por la señal de la santa cruz Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.

 

Hoy rezaremos los Misterios Dolorosos, concretamente “La Coronación de espinas”, y lo vamos a ofrecer por los enfermos



La corona de espinas es gloriosa. Sus espinas terribles significan tanto amor, tanto perdón y tan gran misericordia que son benditas. Líbreme Dios de gloriarme si no es en las espinas de su corona. Los azotes, las espinas, las humillaciones gritan el amor de Dios a cada uno de los hombres. Me amaste y te entregaste a la flagelación por mí. Me amaste y te entregaste a la coronación de espinas por mí.




Del Evangelio de San Mateo

 

«Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: "Salve, Rey de los judíos"».

 

Palabra de Dios


María, te pedimos por los profesionales de la salud: para que trabajen con la mayor dedicación y generosidad posible, aliviando de este modo el sufrimiento de los enfermos. (2 Ave María)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

María, te pedimos por quienes se dedican a la visita y atención de los enfermos: para sean signo evidente del amor de Dios Padre hacia sus hijos más desfavorecidos. (2 Ave María)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

María, te pedimos por todos los enfermos, para que el Señor les acreciente la fe y puedan experimentar la pertenencia a la Iglesia y su cercanía en el momento del sufrimiento. (2 Ave María)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (2)

María, te pedimos por nuestros hermanos enfermos: para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan también la presencia cercana y fortalecedora del Resucitado. (2 Ave María)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (2)

María, te pedimos por quienes se encuentran, en una situación de riesgo, particularmente en Ucrania no pierdan la esperanza, y que todos nuestros hermanos y hermanas que padecen la guerra y el terrorismo se mantengan fuertes y esperen pacientes la paz. (2 Ave María)

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (2)

 

 

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración del Padre Gras a la Virgen

Madre dulcísima del Hijo de Dios,

Bien ves, Señora, desde el cielo donde reinas, el desconcierto de la tierra.

Madre, ante tantos cristianos que permanecen indiferentes ante tanto mal,

ábrenos los ojos y detén a los que se lanzan al abismo de la violencia. 

 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita ilumine nuestra inteligencia. Amén

 

¡Feliz día a todos!

 

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"