MARTES 24 MARZO: Deja los miedos

CRISTO REINA

Comenzamos la oración de la mañana, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.

Comenzamos la oración de la mañana, serenando nuestra mente...adoptemos una postura cómoda y respiremos hondo, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones y soltemos lentamente, volvemos a coger aire y soltamos...

Del evangelio de San Mateo:

Enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma. Jesús les dijo enseguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios». 

Palabra de Dios

En este evangelio Jesús invita a sus discípulos a tener fe: una fe que pueda superar cualquier miedo. Y aunque el miedo es algo natural en la vida humana, nosotros, los cristianos tenemos a Jesús que nos acompaña y nos ayuda para afrontar los desafíos. Pero además somos libres para escuchar su llamada. Hoy es un buen día para preguntarnos:

— ¿Qué miedos me alejan de la llamada de Dios? ¿El confort, la pereza, la exigencia de radicalidad? — ¿Cuándo acudo a Jesús, a la oración y al encuentro con él? ¿sólo cuándo la situación es complicada? ¿ o soy capaz de pararme a  descubrir-discernir la vocación a la que estoy llamado?

Espero que esta sencilla oración os ayude a reflexionar:

¿De qué iba aquel sueño? No me acuerdo. 

Me desperté sintiendo una tímida misión a este mundo. 

Eso es quizá nuestra vida presente: pocas certezas, tanto interrogante, falta de seguridad, precariedad en todo... 

La existencia cambiante que llevamos con el tesoro en vasijas de barro. 

Tú nos envías. 

Mejor dicho: Tú nos traes.

 La llamada precede a mi respuesta. 

Tú nos equipas con lo necesario: pizca de amor cargada de energía, misericordia que lo cambia todo, cada día una nueva oportunidad. 

Me haces saber que estoy aquí para algo. 

Sin forzarlo, das un rumbo a mi vida: una tímida misión a este mundo.


CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, AUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA. AMÉN.



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