MARTES 21 JUNIO: Oración fin de curso.
Buenos días, CRISTO
REINA, nos preparamos para la oración de la mañana…
En el nombre del Padre,
del Hijo, del Espíritu Santo Amén.
Cierra tus ojos. Coloca tus
manos relajadamente encima de tus piernas. Pon tu espalda pegada a la silla y
concéntrate solo en tu respiración. Siente como tus pulmones se llenan de un
aire limpio y puro. Un aire que al entrar en ti sientes tranquilidad y paz.
Siente ese aire que inhalas profundamente y que se esparce por tus pulmones,
tus órganos, tus brazos, tus manos y sigue esparciéndose cada vez más y más
rápido, cada vez más y más. Vuelve a inhalar hasta que ya no puedas
más, aguanta y exhala expulsando el aire lentamente. Inhala y exhala de nuevo
lentamente sintiendo como esa paz invade todo tu cuerpo.
Ahora con esta paz podrás escuchar lo que habla tu corazón. Puedes mantener
cerrados los ojos o bajar la mirada…sólo aprovecha la oportunidad de empezar el
día con gratitud.
Escucha la oración y deja que tu corazón hable…
Señor, Tú nos dijiste: “La mies es mucha
y los obreros pocos”. Nos invitaste a trabajar en tu campo, sin exigir
cualificación. En tu campo cabemos todos. A principio de curso aceptamos esta
invitación y ahora te presentamos la cosecha.
Nos entregaste unos talentos: “Trabajad
con ellos y al final dadme cuenta”. Hoy te los presentamos. Con mayor o menor
empeño, de aquellos talentos, Señor, unos rindieron el 30, otros el 20 o el 100.
Ahora cada uno de nosotros identifica cual su talento…
Nos pediste: “Sed luz en la tierra”.
Como aquella lamparita que al ponerse el sol y no saber quién sustituiría su
luz dijo:”se hará lo mejor que se pueda”. Porque a veces, aún sin luz, es
necesario avanzar, incluso sin conocer el camino.
Ahora recuerda, ¿en alguna ocasión has dejado de hacer algo por pereza o
comodidad o miedo a equivocarte?
Nos enseñaste que tu preferencia eran
los más débiles, los más indefensos: los niños, los que sufren a causa de las
catástrofes, la falta de oportunidades de estudio, la dejadez de sus familias o
la falta diaria de alimento. Para ellos hemos trabajado en este curso, en nuestras
campañas, en nuestra sensibilización. Hemos trabajado para que tu enseñanza no
quedara estéril.
Pero…¿has sido capaz de reconocer la debilidad de tu compañero de clase? …¿has
sido capaz de actuar?
Nos prometiste: “Yo estaré con vosotros
hasta el fin de los tiempos”. Confiamos en tu Palabra, y vamos viendo como cada
día se hace realidad. En tantos gestos, miradas, silencios, denuncia de
injusticias, palabras de ánimo, acompañamientos, risas… Has estado con nosotros
durante todo el curso, aunque a veces no te reconozcamos.
Nos legaste un mandamiento: “Amaos, no
de cualquier manera, si no como yo os he amado”.
Con este deseo terminamos dando gracias
a Nuestro Señor y Rey por acompañarnos y ayudarnos a lo largo del curso que
ahora termina. Gracias, porque a pesar de nuestras debilidades, infidelidades,
comodidades, miedos e ingratitudes, Tú, has estado siempre a nuestro lado,
acompañando nuestra historia. Contamos contigo y sabemos que Tú también cuentas
con nosotros para la construcción de tu Reino. Gracias por el descanso que
ahora vamos a disfrutar. GRACIAS REY DE NUESTRO CORAZÓN.
CRICTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO
IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA, ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA.AMÉN.