OCTUBRE: CAMBIOS

 • Buenos días, Cristo reina • Bienvenidos a la oración de la mañana del martes, respiremos hondo, dejemos que llegue el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana. Haz silencio en tu interior y escucha... Por unos momentos desconectamos de nuestros ruidos...escuchamos en el silencio, los latidos de nuestro corazón, sentimos a Dios que nos espera. Hace poco, experimenté… el día de los cambios. Una compañera de bachillerato subía las escaleras y comentaba a una amiga que esa tarde iba muy apurada porque tenía que cambiarse de ropa tres veces!!, no sé por qué, ya no cotilleé más, luego en una clase me pidieron que cambiara el examen, más tarde tuvimos que cambiar la fecha de una reunión, el bar había cambiado sus mesas, en la tele una persona sufría un “cambio radical” mientras en las noticias todos querían cambiar algo: la situación económica, la guerra en Ucrania, la trayectoria negativa de un equipo…el cambio estaba por todas partes…parecía Dios. Muchas veces, ya estamos cansados de tanto cambio, de tanto esfuerzo. Incluso muchos recurren al viejo dicho: “deja las cosas como están, que a lo mejor te quedas sin nada, y es peor el remedio que la enfermedad” Pero, la Palabra, es decir Dios mismo, nos sigue llamando a no contentarnos con lo ya logrado. Nuestro Dios es el amor exigente que no se conforma con los corazones tibios, ni tampoco con los logros ya conseguidos. Nos exige siempre y cada vez más transformar nuestro corazón, para que en él, tengan cabida todos los que se sienten necesitados de cariño y compresión. Y no vale decir: ¿Y de mí, quien se preocupa?, yo también tengo mis problemas… yo también sufro y lloro, yo también me siento sólo… Es en este momento cuando nuestros oídos deben ejercer la función para la que han sido creados: oír la voz de Dios, que asemejándose a un susurro nos dice: Cuando sepas dejar en un segundo plano tus preocupaciones y mires al que está a tu lado y te espera… Entonces comenzarás a sentir como milagrosamente tu dolor se ha transformado en una inmensa fuente de alegría. Cuando te sientas solo e incomprendido y a pesar de todo sigas mirando y acercando tus manos a aquellos que caminan sin rumbo, perdidos y sin esperanza… Sentirás que la Buena Noticia ha llegado a ti, porque tu soledad se cambiará por la compañía de sentirte útil y amado por mucha gente. Entonces tal vez comprenderás que quien guarda la Palabra y la vive no morirá para siempre…eso sí que es un cambio radical. • Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén.

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