MARTES 24 ENERO:HERMANOS

 CRISTO REINA, BUENOS DÍAS, NOS VAMOS PREPARANDO PARA LA ORACIÓN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén

Bienvenidos a la oración de la mañana de hoy martes, respiremos hondo, dejemos que llegue el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana. Haz silencio en tu interior y escucha... Por unos momentos desconectamos de nuestros ruidos...escuchamos en el silencio los latidos de nuestro corazón, sentimos a Dios que nos espera.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,31-35):

EN aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.

La gente que tenía sentada alrededor le dice:

«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».

Él les pregunta:

«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».

Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:

«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra de Dios

El Papa Francisco nos dice

Jesús ha formado una nueva familia que ya no se basa en vínculos naturales, sino en la fe en Él, en su amor que nos acoge y nos une entre nosotros, en el Espíritu Santo. Todos los que acogen la palabra de Jesús son hijos de Dios y hermanos entre ellos. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros, nos hace ser la familia de Jesús. Hablar mal de los demás, destruir la fama de los demás nos convierte en la familia del diablo.

La respuesta de Jesús no es una falta de respeto por su madre y sus familiares. Por el contrario, supone el mayor reconocimiento para María, porque precisamente ella es la perfecta discípula que obedeció en todo a la voluntad de Dios.

¿Estoy yo, como María, dispuesto a escuchar a Jesús y a hacer su voluntad?

¿Considero al que está a mi lado como mi hermano en Cristo y me comporto como tal?

Que la Virgen Madre nos ayude a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia, regenerando el mundo a una vida nueva.

Terminamos con una oración del Padre Gras

Ponme, oh Jesús,

como un sello

sobre tu Corazón;

como un sello

sobre tu brazo,

a fin de que

no ame ni emprenda cosa alguna

que no sea para complacerte.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN

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