ADVIENTO: ESPERANZA

 Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Respiremos hondo, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones, soltamos lentamente y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana.

Hoy quiero contaros una historia que ocurrió en Navidad de hace muchos muchos años

Había millones de estrellas en el cielo. Estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, rojas, zules…. Un día, inquietas, se acercaron a Dios y le dijeron: “Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, entre los hombres”.

“Está bien”, respondió el Señor. “Os haré a todas muy pequeñitas, para que podáis bajar a la tierra”.

Y aquella noche, hubo una linda lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas, otras se mezclaron con los juguetes de los niños,… y la tierra quedó maravillosamente iluminada. Pero con el pasar del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver al cielo, dejando la tierra oscura y triste.

“¿Porque volvéis?” Les preguntó Dios. “Señor, no queríamos estar más en la tierra. Allí existe mucha pobreza y violencia, maldad, injusticia y mentira”.

Y el Señor les dijo: “¡Claro! La tierra es el lugar de aquello que pasa, de aquel que se equivoca, del que muere. En la tierra nada es perfecto. El cielo es el lugar del amor, de la VIDA verdadera, de lo eterno.”

Tras llegar todas las estrellas, Dios habló de nuevo: “Nos falta una estrella. ¿Será que se perdió en el camino?” Un ángel que estaba cerca replicó: “No Señor, una estrella decidió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde las cosas no van bien,

donde hay violencia y dolor.” “Pero ¿que estrella es esa?” Volvió Dios a preguntar. “Es la Esperanza, Señor. La estrella verde. La única estrella de ese color.”

Y cuando miraron la tierra, la estrella no estaba sola. La tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella en el corazón de cada persona.

Reflexión:

Que en este periodo de Adviento sepamos recibir esa estrellita verde: la Esperanza. No dejes que se vaya nunca de tu corazón y no permitas que se apague. Ten la certeza de que ella iluminará tu camino así que se siempre positivo y agradece todo a Dios. Nunca olvides ser feliz y contagiar alegría, con tu corazón iluminado, a otras personas.

Os recordamos que estos días continuamos con la campaña de Navidad. Gracias a todos por colaborar y suerte para aquellos que tengáis exámenes

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN.

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