¿Tigre o liebre?

 CRISTO REINA, BUENOS DÍAS, NOS VAMOS PREPARANDO PARA LA ORACIÓN.

Nos ponemos en presencia del señor: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Escuchemos el siguiente relato:

Se cuenta de un joven que vivía en una gran decepción por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas: al parecer, ya a nadie le importaba nadie.

Un día, dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido.

Le impresionó tanto, que regresó al día siguiente para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre.

Pasaron los días y la escena se repitió, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.

Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, pensó que no todo estaba perdido:

– “Si los animales son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas”, se dijo.

Así que el joven decidió hacer un experimento… se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda.

Siguió así durante todo el día siguiente… y el siguiente… y el siguiente… y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que antes y con la convicción de que la humanidad no tenía remedio. Sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandonado… su corazón estaba devastado y casi no sentía deseos de levantarse.

Entonces, allí, en ese instante, oyó una voz, muy dentro de él, que decía:

“Si quieres encontrarte con tu prójimo… si quieres sentir que todo ha valido la pena… si quieres seguir creyendo en la humanidad… deja de hacer de tigre y comienza a ser la liebre.”

El enfoque de Pastoral de este año nos pone en situación de ELEGIR y nos hace preguntarnos: ¿qué caminos voy eligiendo?, ¿cómo es mi estilo de vida? Creer en Jesucristo es vivir su estilo de vida. El estilo de amar de Jesús es inconfundible. No se acerca a las personas buscando su propio interés o satisfacción, su seguridad o bienestar, sólo parece interesarse en hacer el bien, acoger, regalar lo mejor que él tiene, ofrecer amistad, ayudar a vivir. Hay que buscar ocasiones para hacer el bien; el mundo necesita esta voluntad, necesita este compromiso, necesita liebres.

En palabras del padre Gras: ¿Queréis ser dichosos? Sembrad el Bien, sembradlo sin cesar y bienes recogeréis

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

- Buen viernes y buen fin de semana.

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"