CAFARNAÚM: NUESTRA CIUDAD
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Buenos días, CRISTO
REINA, nos preparamos para la oración de la mañana del lunes, en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo………. respiremos hondo, dejemos que llegue
el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos
primeros minutos de la mañana. Haz silencio en tu interior y escucha... Por
unos momentos desconectamos de nuestros ruidos...escuchamos en el silencio los
latidos de nuestro corazón y sentimos a Dios que nos espera.
TextodelEvangelio(Mt8,5-11):Enaqueltiempo,habiendoentrado
JesúsenCafarnaúm,seleacercóuncenturiónylerogódiciendo:
«Señor, mi criado yaceencasa paralítico con terriblessufrimientos».DíceleJesús:«Yoiréacurarle».Replicóel
centurión:«Señor,nosoydignodequeentresbajomitecho;basta quelodigasdepalabraymicriadoquedarásano.Porquetambién yo,quesoyunsubalterno,tengosoldadosamisórdenes,ydigoa éste:‘Vete’,yva;yaotro:‘Ven’,yviene;yamisiervo:‘Haz
esto’, y lo hace».
AloírestoJesúsquedóadmiradoydijoalosqueleseguían:«Os
aseguroqueenIsraelnoheencontradoennadieunafetangrande. Yosdigoquevendránmuchosdeorienteyoccidenteysepondrána lamesaconAbraham,IsaacyJacobenelreinodelosCielos».
Palabra de Dios
Hoy, Cafarnaúm es nuestra ciudad y nuestro pueblo, donde hay personas
enfermas,conocidas unas,
anónimas otras, frecuentemente
olvidadas a causa del ritmofrenético que
caracteriza ala vida actual:
cargados de trabajo, vamos
corriendo sinpararysinpensaren
aquellos que,porrazóndesu enfermedad ode otra circunstancia, quedan al
margen yno pueden seguir este ritmo.
El centurión de Cafarnaúm no
se olvida de su criado postrado
en el lecho, porquelo ama.
Apesardesermáspoderosoydetenermásautoridadquesusiervo,el
centurión agradece todos sus años de servicio yle tiene un
gran aprecio. Por esto,movidoporelamor,sedirigeaJesús,yenlapresenciadelSalvadorhace una
extraordinaria confesión de fe, recogida
por la liturgia Eucarística: «Señor, yo nosoydignodequeentresenmicasa:diunasolapalabraymicriado quedará curado»(cf.Mt8,8).Esta
confesión se fundamenta enla esperanza; brotade la confianzapuestaenJesucristo,yalaveztambiéndesusentimientodeindignidad personal, que le ayuda a
reconocer su propia pobreza.
Sólo nos podemos acercar a Jesucristo con una actitud humilde,
como la delcenturión.AsípodremosvivirlaesperanzadelAdviento:esperanzadesalvacióny de vida, de reconciliación yde paz. Solamente
puede esperar aquel que
reconoce supobrezayescapazdedarsecuentadequeelsentidodesuvidanoestáenélmismo, sino
en Dios, poniéndose en las manos del Señor.
Acerquémonos con confianza
aCristoy,valoremos la humildad del centurión, que fue la
puerta por donde el Señor entró.
De esta formallenos de
confianza en el Señor nos ponemos como propósito para hoy rezar por los que
sufren especialmente a causa de las guerras.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita,
alumbre nuestra inteligencia, AMÉN
Que tengáis un buen
día