EL árbol de las cuatro estaciones
Buenos
días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de
silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Respiremos hondo,
dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones, soltamos lentamente y
abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana
Un padre sabio estaba
decidido a enseñar a sus hijos una valiosa lección sobre la vida del ser
humano. Les pidió a cada uno que visitara un viejo árbol de manzanas que se
encontraba en un huerto lejano. Envió a cada hijo en una estación diferente del
año, esperando que esta experiencia les ofreciera una perspectiva única.
Cuando todos habían
regresado de su viaje, el padre los reunió y les preguntó qué habían observado
durante su visita al manzano. Las respuestas de los hijos fueron
sorprendentemente diversas, reflejando la naturaleza cambiante de la vida misma.
El hijo mayor, que visitó
el árbol en invierno, describió: «Padre, el árbol estaba desnudo y desolado.
Sus ramas estaban torcidas y parecía casi muerto. No pude ver belleza en él.»
El segundo hijo, que fue
en primavera, tenía una visión completamente diferente: «¡Qué maravilla, padre!
El árbol estaba cubierto de pequeños brotes verdes. Era como si estuviera
despertando de un largo sueño, lleno de promesas y nueva vida.»
El tercer hijo, que hizo
su visita en verano, compartió su experiencia con entusiasmo: «Padre, nunca he
visto algo tan hermoso. El árbol estaba cargado de flores blancas y rosadas. Su
aroma dulce llenaba el aire y las abejas zumbaban alegremente a su alrededor.
Era verdaderamente un espectáculo de gracia y belleza.»
El hijo menor, que fue en
otoño, tenía una perspectiva diferente: «Padre, el árbol estaba cargado de
manzanas maduras y jugosas. Sus ramas se doblaban bajo el peso de los frutos.
Era una imagen de abundancia y realización.»
El padre, escuchando
atentamente las diferentes descripciones de sus hijos, sonrió con sabiduría y
les dijo:
Mis queridos hijos, esta
es una lección importante sobre la vida: No podemos juzgar a un árbol, ni a una
persona, basándonos solo en una temporada de su vida. La esencia de quiénes
somos, y el placer, la alegría y el amor que provienen de esa vida, solo pueden
medirse al final, cuando todas las estaciones han pasado.
Reflexionamos
Cada etapa de la vida
tiene su propia belleza y propósito. Aprendamos a apreciar cada momento y a ver
la belleza en todas las etapas de la vida, tanto en ustedes mismos como en los
demás.
Como cristianos sabemos
que nuestro paso por la tierra es pasajero y que aspiramos a una vida mejor y
eterna con nuestro Creador. Por lo tanto, no te afanes por las cosas terrenales.
Desifruta de las bendiciones que Dios te da cada día y cuando venga la adversidad y los problemas,
recuerda que no estás solo y que pronto vendrán mejores tiempos, donde vas a
florecer y cosechar en abundancia.
Por último, recemos todos juntos la
oración del
PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en
el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA
ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN. Que tengáis un buen día