Meditación
Es posible que te asuste esta palabra : meditación.
Te recuerda libros de tapas oscuras y viejas, ruidos de suspiros o de rezos como cantinelas rutinarias… Pero eso no es meditación. Meditar es considerar, contemplar que Dios es tu Padre, y tú su hijo, necesitado de ayuda; y después darle las gracias por lo que ya te ha concedido y por todo lo que te dará.
Quizás, todos los días nos deberíamos de preguntar: ¿he dejado pasar alguna hora, sin hablar con mi Padre Dios? ¿He conversado con Él, con amor de hijo?
¡Que pena, si tú y yo no supiéramos “detener” a Jesús que pasa! Que dolor, si no le pedimos que se quede!
Es el único medio para conocer a Jesús. En él encontrarás siempre un Padre, un Amigo, un Consejero, y un Colaborador para todas las actividades nobles de tu vida cotidiana…
CRISTO VENCE…