SEMANA DE LA PAZ.MIÉRCOLES 27 ENERO

SEMANA DE LA PAZ.MIÉRCOLES 27 ENERO

Buenos días, Cristo Reina, comenzamos la oración de esta mañana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Un hombre que iba haciendo su camino, cayó en manos de unos ladrones que le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 

Pasó por aquel lugar una persona, reconocida, rigurosa con las normas que, al verlo, se ajustó la mascarilla, tomó distancia y siguió de largo. 

Después paso otra persona con la que ocurrió lo mismo. Seguramente tenían prisa, cosas que hacer, gente a la que atender, mucho trabajo. 

Pasó por fin un samaritano que se compadeció.

Al samaritano  no le importó la religión de aquel hombre medio muerto, tampoco si era migrante con o sin papeles, si era de izquierdas o de derechas. El samaritano se acercó, incluso sin saber si aquel individuo desnudo tenía Covid. Le curó con lo que tenía. Este hombre hizo lo que creía que tenía que hacer, sin importarle las consecuencias.

Del mismo modo, mucha gente se deja llevar por aquello en lo que cree, y así hay familias que han agarrado la pala, o lo que tuviesen a mano, para abrir caminos en la nieve y poder transitar por sus barrios. 

Gente que lleva meses atenta a las necesidades de sus vecinos con más riesgo de sufrir el contagio. 

Voluntarios que  han colaborado en el rescate de aislados por la nieve o que se  ofrecen para llevar a quien lo necesita cuando el clima no da alternativas. 

Trabajadores alargando turnos que no se pagan con dinero. 

Sanitarios que han superado todas las dificultades para atender a sus pacientes, y siguen haciéndolo vacunándose y repartiendo vacunas…

Ninguno de ellos es ajeno a las consecuencias. 

 

Todos estamos mejor porque hay gente que corre el riesgo de ser generosa. 

Prestan un servicio que tantísima gente reconoce, aunque no se aplauda. Se mueven por su convencimiento de hacer lo correcto, por fidelidad a aquello en lo que creen. 

Y a esto se le llama trabajar por la Paz.

Cristo vence, Cristo Reina, Cristo Impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.Amén

 

 

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