VIERNES 15/01/2021


¡CRISTO REINA! Buenos días, 

Nos preparamos para la oración de la mañana y nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, AMÉN.

Buenos días a todos. Terminamos esta primera semana después de las vacaciones de Navidad con un cuento. Un cuento que quizá nos haga pensar un poco y que me gustaría que disfrutarais.  El cuento comienza así:


Un niño pequeño quería conocer a Dios. Sabía que era un largo viaje hasta donde Dios vive así que preparó su mochila con bocadillos, varias botellas llenas de agua y fruta. Una vez preparada, comenzó su jornada. Tras caminar por aquella larga avenida, se encontró con una mujer anciana. Ella estaba sentada en el parque, sola, ahí parada. Contemplando algunas palomas. El niño se sentó junto a ella y abrió su mochila. Estaba apunto de beber agua cuando notó que la anciana parecía hambrienta así que le ofreció un bocadillo. Ella, agradecida, aceptó el bocadillo y sonrió al niño. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció una de sus botellas de agua. De nuevo, ella le sonrió. ¡El niño estaba encantado! 

Allí estuvieron toda la tarde, comiendo y sonriendo, pero ninguno de los dos dijo una sola palabra. Cuando empezó a oscurecer, el niño se percató de lo tarde que se había hecho. Se levantó para irse pero, antes de seguir sobre sus pasos, dio vuelta atrás, corrió hacia la anciana y le dio un abrazo. Ella, después de abrazarlo, le regaló la más grande de todas las sonrisas de su vida. Cuando el niño llegó a su casa y abrió la puerta, se encontró con su madre. Sorprendida por la cara de felicidad que traía su hijo le preguntó: "Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?" El niño contestó: "Mamá, ¡hoy almorcé con Dios!" Y antes de que su madre contestara algo, añadió "Y, ¿sabes qué?, ¡Tiene la sonrisa más hermosa que he visto!"

Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad llegó a casa. Su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz que había en su rostro y le preguntó "Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha hecho tan feliz?" La anciana contestó: "¡Comí con Dios en el parque!" Y antes de que su hijo pudiera responder, añadió "Y, ¿sabes qué?, ¡es más joven de lo que yo pensaba!"


Al leer este cuento debemos recordar dos cosas. La primera, acordarnos de todas aquellas personas que viven en soledad aunque estén rodeadas de mucha gente. Y en segundo es que, el camino para seguir a Jesús está al alcance de una sonrisa. 

Por eso, os deseo a todos que deis y busquéis una enorme sonrisa este fin de semana. 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

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