VIERNES 26/02/2021 - CONSTRUYE TU PROPIO PUENTE

 Buenos días, Cristo Reina

Nos preparamos para la oración de la mañana y nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, AMÉN.

La cuaresma es un tiempo litúrgico que nos hace estar pendientes de aquellas cosas que podemos mejorar para estar más cerca del Señor y celebrar así la vida. Por eso me gustaría contaros la historia de dos hermanos. 

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes empezaron a discutir. Ésta fue su primera discusión seria que tenían en 40 años que habían pasado cultivando juntos hombro con hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes de forma continua.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas, seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de uno de estos granjeros. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".
"Sí", dijo el mayor de los hermanos, "tengo un trabajo para usted”.
Mire al otro lado del arroyo: aquella granja. Ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor".
"La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él cogió su tractor y desvió el cauce del río para que quedara entre nosotros".
"Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero?"
"Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más."
El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación”.
Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho."
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja durante todo el día para ir al pueblo a por comida.
El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando.
El granjero regresó cuando se acercaba la noche y el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos y la boca abierta. ¡¡¡No había ninguna cerca de dos metros!!! En su lugar había un puente. ¡¡Un puente que unía las dos granjas por encima del río!!- Era un bonito puente con pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: "Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!!".
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "¡No, espera!", le dijo el hermano mayor. "Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.
"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes que construir".


A veces nos pasa como estos dos hermanos que, por pequeñeces, somos capaces de construir vallas y cercas para separarnos de los demás. Separarnos de nuestros padres, nuestros hermanos, amigos, profesores... El enfado es una emoción natural pero debemos ser como el carpintero del cuento, que es capaz de construir puentes para unir personas. Y Jesús así lo quiere también. Y aunque a veces nos cueste, os animo a que en este tiempo de cuaresma busquemos las fuerzas y el tiempo necesario para acercarnos a aquellos que hemos estado descuidando y así manifestar el amor de Dios. Son días de reflexión y acción para recibir el amor de Dios.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Que tengáis un buen fin de semana. 

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