MARTES 09/03/2021 - SEMANA DE LA FAMILIA

 

ORACIÓN MARTES 09/03/2021

SEMANA DE LA FAMILIA

 



Buenos días, Cristo Reina, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ya queda menos tiempo para que termine este trimestre. Nos estamos acercando a las vacaciones de Semana Santa y de Pascua. Hoy vamos a escuchar una de las grandes historias que inventaba Jesús. Se trata de la parábola del Hijo pródigo. Un hijo que se fue de casa y ya no quiso saber nada de tu padre…

Es una historia que nos recuerda que la familia es importante, que nuestros padres nos quieren, nos perdonan, a pesar de todo. También nos enseña esta historia que nuestro Dios es como ese padre. Aunque a veces nos alejemos de Dios su perdón es infinito.

 

“En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: “Ese acoge a los pecadores y como con ellos.” Jesús les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo los suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. (…) Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se puso en camino hacia donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron el banquete”.

 

¿Te has enfadado alguna vez con tus padres? ¿Cómo te has sentido?

¿Has sentido alguna vez que también te enfadabas con Dios? ¿Cómo te has sentido al alejarte de Dios?

¿Qué has sentido cuando tus padres te han perdonado por algo que has hecho?

¿Sabes que Dios también te perdona siempre?

¿Cómo te imaginas que sería el abrazo que Dios te daría tras volver como el Hijo pródigo?

 

Querido Padre, llévame a casa cuando no encuentre fe. Llévame a tu lado y abrázame. Dame tu misericordia y tu amor incondicional. Dame descanso y dame hogar. Compasión y amor a mis hermanos. Y si alguna vez me vuelvo a perder… ¡Gracias!, porque sé que me esperas con los brazos abiertos.

 

Pidámosle a Nuestra Madre María, Reina de la Familia, que cuide siempre de todas nuestras familias cristianas, y que nos acompañe toda nuestra vida, porque una Madre no se cansa de esperar.

 

Cristo Vence, Cristo Reina, Cristo Impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia. Amén.

Que tengáis un buen día.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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