Lunes 21/6/2021
CRISTO REINA. BUENOS DÍAS. NOS
PREPARAMOS PARA LA ORACIÓN
En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu santo
CARTA
DE JESÚS
Querido amigo mío:
Como bien sabes, yo pedía muy
pocas cosas en mi vida. Pedí una posada, antes de nacer, pensando sobre todo en
mi madre. Pedí a Zaqueo que me alojara en su casa, y a otro buen amigo el salón
para celebrar la Pascua. Pedí un par de veces agua para beber. ¡Ah!, y también
pedí un burrito para hacer mi entrada triunfal en Jerusalén y así, no dejar mal
al profeta Zacarías.
No me interesaban las cosas.
Me interesaban las personas. Me interesaba sobre todo la amistad. No me cansaba
de pedir amigos: amigos que me siguieran, que se unieran a mi causa, que
estuvieran conmigo, que continuaran mi tarea.
Mi tarea de hoy va en la misma
línea. Mira, tengo unas ganas tremendas de seguir “haciendo el bien”, pues veo
a tanta gente triste y necesitada. Me muero de pena al ver que muchos niños no
sonríen y mueren prematuramente. No puedo soportar la imagen del joven que
camina a la deriva, que quema su vida con cualquier tipo de droga y se hunde en
el infierno del vacío y de la desesperación… y no digamos otro tipo de
violencias y de guerras; el que unos se aprovechen de otros, que siga habiendo
personas y pueblos sin libertad y sin dignidad. En fin, no voy a repetirte todo
lo que tú ya bien sabes.
Lo que te pido es que me
prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.
Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas
de tantos desvalidos y para correr detrás de los que están alejados o perdidos.
Te pido tu boca para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar a
los hipócritas y opresores. Te pido tus ojos para mirar con ternura y cariño a
toda la gente.
Te pido tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír a pesar de todo, para
iluminar todas las situaciones con mirada de paz y alegría. Te pido en fin tu
corazón para que yo pueda seguir amando a mi manera.
Si me los prestas, no hace
falta que te desprendas de ellos. Utilízalos tú como si fuesen míos, como si te
los prestara yo a ti. Sonríe, aunque no tengas ganas de hacerlo, pero sabiendo
que yo lo quiero. Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.
Reconóceme en todos, acéptalos y perdónalos, como yo te perdono a ti.
Quiérelos.
No
te preocupes, te enviaré mi Espíritu, mi fuerza, para actuar yo desde ti. Te
enseñaré el modo y la manera, te daré la fuerza y la capacidad. Tú y yo
seremos, te lo aseguro, un Dios para cada hermano/a.
Te
lo pido por el amor del Padre, por el dolor de los excluidos, por todo lo que
más quieras. En espera de tu respuesta, te mando un beso de amistad.
Jesús de Nazareth
Como estamos en el final de curso, nos
ponemos delante de Dios y reconocemos que estos meses han sido un regalo que Él
nos ha concedido.
Te damos gracias, Señor,
POR EL CURSO QUE TERMINA Y POR TODAS LAS
COSAS
QUE DE TUS MANOS HEMOS RECIBIDO.
Tú eres un Dios cercano
ESTAS SIEMPRE A NUESTRO LADO,
AUNQUE NOSOTROS NO TE RECONOZCAMOS.
Tú eres un Dios misericordioso.
CONOCES NUESTROS PASOS
Y LA PROFUNDIDAD DE NUESTRO
CORAZON.
Te presentamos las obras de nuestras manos.
HEMOS ESTADO EN LA VIÑA DE LA VIDA,
HACIENDO LA TAREA DE CADA DIA;
HEMOS VIVIDO CON LOS QUE ESTAN A
NUESTRO LADO,
COMO COMPAÑEROS DE FATIGAS.
GRACIAS, SEÑOR, POR TU CONFIANZA
POR TU INVITACIÓN A COLABORAR
EN LA OBRA DE LA CREACION,
QUE TU MISMO INICIASTE.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo
impera, Cristo luz infinita alumbre nuestra inteligencia. Amén