Martes 15 de Junio - Porqué yo me lo merezco

Hoy despierto (Siervas)

Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana

Comenzamos la oración de la mañana poniéndonos en presencia de Dios en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Porqué yo me lo merezco

¡Cuántas veces creo que mi vida la voy construyendo con mis propias fuerzas! Soy yo el que estudio, soy yo el que entrena duro, soy yo el que trabaja y me gano el pan con el sudor de mi frente, soy yo el que se despierta todas las mañanas para ir al colegio, al gimnasio, al trabajo. Me voy montando la vida con mis recursos y no necesito de nadie. Y me merezco el descanso, me merezco el reconocimiento, me merezco la moto, el móvil, la casa. Necesito, después de una jornada de clases, o de estudio, o de trabajo, llegar a mi casa y que la comida esté en la mesa, que mi ropa esté limpia y el cuarto ordenado y a veces que nadie me moleste porque tengo muchas cosas que hacer. Tengo que seguir viviendo mi vida, currándome mi futuro y… ¡cuánto me cansa seguir así!

Sin embargo, hay momentos en que vivo y veo las cosas de manera distinta. Hay momentos en que caigo en la cuenta de la gente que ha pasado por mi vida, personas concretas que les pongo nombre, rostro. Personas que han acogido mi vida, personas que sé que me quieren y que las necesito, que me han apoyado en un momento concreto o que sé que están ahí siempre. Amigos con los que puedo reír y a veces llorar, compartir un rato de charla o salir a dar una vuelta. Y entonces, empiezo a comprender que mi vida tiene mucho de regalo. Me resisto, no quiero verlo. Quizá no sea tan fuerte como creo. Quizá lo que vivo, lo que tengo, lo que hago, no me pertenece tanto como pensaba. Quizá me estoy apropiando de los dones que se me van dando en la vida. Y entonces, poco a poco, empieza a surgir en mí el agradecimiento. Y me esponjo, me relajo, me hago menos exigente y más comprensivo. En definitiva, me coloco en mi lugar, caigo de la nube y piso tierra… ¡vuelvo a casa! Ahora no quiero salir de ahí porque eso me abre. Vuelvo a mirar el mundo con ojos nuevos. Hago lo mismo que antes, estudio, trabajo, entreno… pero desde el agradecimiento. Ya no soy el centro de la vida, ya no son mis fuerzas las que soportan todo. Ya no me siento tan merecedor de tanto. Ahora reconozco que en la vida se me ha regalado todo.

Hay algunas cosas en la vida que no dependen de méritos ni premios. Hay algunas cosas que no tienen precio ni motivo. Y quizás al darse uno cuenta de lo que es gratuito, la exigencia se vuelve gratitud, y la pobreza le hace a uno rico. Y entonces todo está mejor.

ORACIÓN DE AGRADECIMIENTO A DIOS POR UN NUEVO DÍA

¡Dios todopoderoso!
Un día más despierto y abro los ojos gracias a ti,
Amado Señor, y deseo empezar este día
Alabándote como es debido y mediando para que
Me protejas en el resto de las horas venideras.

Gracias por el aire que has depositado en mis pulmones;
Gracias por rodearme de seres queridos que me aprecian;
Gracias por darme fuerzas y fe para salir adelante.

Yo soy, Señor, tu leal sirviente y sin ti yo me perdería
Permíteme ser cada día una mejor persona y no
Me desampares en momentos de desconcierto.
Amén.

 

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita ilumine nuestra inteligencia. Amén

¡Feliz día a todos!

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Entradas populares de este blog

LA MUÑECA DE SAL

Si yo fuera limpio de corazón, cómo María

Jueves 17/02/22 "AMABILIDAD"