MIÉRCOLES. ORACIÓN 17/11/2021

                        https://www.youtube.com/watch?v=M9vBUar9koc (celebra la vida)

Buenos días, Cristo Reina, nos preparamos para comenzar la oración de la mañana. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 MOTIVACIÓN:

Es hora de acomodarse en nuestro sitio, relajamos nuestro cuerpo y comenzamos a respirar profundamente.

“Celebra la vida” nos dice la canción que acabamos de escuchar y qué mejor manera de celebrar la fiestas de Cristo Rey de nuestro cole, ayudando y cuidando de los necesitados, de nuestros mayores, compartiendo, respetando a los compañeros y compañeras, buscando la felicidad en las buenas obras hacia los demás, despertando nuestro corazón y repartiendo alegría, sonrisas.

 “Qué bien le queda a la vida las personas que saben sonreír!

 Esa gente que es sol cuando sonríe. La gente que sabe sonreír lleva, allí donde va, a la luz debajo del brazo: ilumina a quienes están a su alrededor y, de paso, los lugares que pisa. Es por eso por lo que esa clase de personas saben ser sol cuando más llueve y alegrarte hasta cuando tú no quieres hacerlo. En otras palabras, seguro que tú también conoces esa sensación de saber que pase lo que pase habrá alguien contigo que sabrá hacerte sonreír.

Lo mejor que podemos hacer con toda esa gente que nos ayuda a sonreír es tomarla como ejemplo: nosotros también podemos quedarle bien a la vida. En este sentido, el día que peor nos sintamos será cuando nos veremos más obligados a levantar el ánimo y afrontar las circunstancias lo mejor que podamos. Por lo tanto, no debemos olvidar nunca esas sonrisas que nos hacen sentir vivos.

A continuación, nos preparamos para escuchar la siguiente historia.

 

EL VIOLÍN

Se cuenta que, con un viejo violín, un pobre hombre se ganaba la vida.

Iba por los pueblos, comenzaba a tocar y la gente se reunía a su alrededor. Tocaba y al final pasaba entre la gente una boina con la esperanza de que algún día se llenara de dinero.

Cierto día comenzó a tocar como solía, se reunió la gente, y salió lo de costumbre: unos ruidos más o menos armoniosos. No daba para más ni el violín ni el violinista.

Acertó a pasar por allí un famoso compositor y virtuoso del violín. Se acercó también al grupo y al final le dejaron entre sus manos el instrumento. Con una mirada valoró las posibilidades, lo afinó, lo preparó... y tocó una pieza asombrosamente bella. El mismo dueño del violín estaba perplejo y lleno de asombro. Iba de un lado para otro gritando: "es mi violín!, ¡es mi violín!, ¡es mi violín!". Nunca pensó que aquellas viejas cuerdas encerraran tantas posibilidades.

No es difícil que cada uno de nosotros, reconozcamos que no estamos rindiendo al máximo de nuestras posibilidades. Somos en muchas ocasiones como un viejo violín estropeado, y nos falta incluso alguna cuerda. Somos un instrumento flojo, y además con frecuencia... desafinado.

Si intentamos tocar algo en la vida, a veces sale eso... unos ruidos faltos de armonía. Y al final, necesitamos también pasar nuestra boina; necesitamos aplausos, consideración, alabanzas, sonrisas, etc.

Que diferencia cuando dejamos que ese gran compositor, Dios, nos afine, nos arregle, ponga esa cuerda que falta, y dejamos ¡que Él toque!. Pero también en la vida existen violinistas que nos pueden afinar: un amigo, un compañero, un maestro, o cualquier persona de la que podamos obtener conocimientos, un consejo, una buena idea, una corrección fraterna... y quedaremos sorprendidos de las posibilidades que había encerradas en nuestra vida.

Comprobamos que nuestra vida es bella y grandiosa; que somos instrumentos capaces de ser perfeccionados y, si nos proponemos ser mejores, lucharemos constante e incansablemente por ser: ¡un violín cada vez mejor afinado!

Es hora de reflexionar y compartir con nuestros compañeros. Para ser un violín cada vez más afinado ¿qué crees que debes hacer?

Finalmente, vamos a rezar todos juntos la oración que Dios nos enseñó.

 PADRENUESTRO:

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

 Cristo vence, Cristo Reina, Cristo impera, Cristo luz infinita alumbra nuestra inteligencia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.

 

Que tengáis todos un buen día.

 

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