Miércoles 23 marzo.TODO VA A SALIRME BIEN

Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo

Bienvenidos a la oración de esta mañana, abrimos nuestro corazón a Dios, y le dedicamos estos primeros minutos de la mañana. 

Haz silencio en tu interior y escucha... 

 

¿A quién no le ha pasado esto? escuchad

Un día te levantas tarde y tienes prisa porque ves que no llegas, estás todavía medio dormido o simplemente no hay muchas ganas de hacer nada pero tienes que hacer la cama antes de salir de la habitación para no encontrártela deshecha cuando vuelvas.

Así que mueves la cama, estiras las sábanas, metes por dentro la manta y ves que quedan arrugas. Y ahora viene el problema, porque para que quedase bien tendrías que deshacer la cama y hacerla de nuevo. Pero no hay ni tiempo ni ganas. 

Así que procuras arreglarlo como puedes con mucha fullería.  Estiras bien todo para que al poner el edredón encima el resultado sea perfecto. 

Terminada la operación, sales de tu cuarto tan contento porque la chapuza no se nota nada.

El día pasa y llega el momento de irte a la cama y descansar porque el día ha sido agotador. Por fin te acuestas, deseando dormir y de golpe te encuentras con tu chapuza.

Hay una arruga que molesta, la sábana que no llega, la manta que se escurre……

Tocaría levantarse y hacer la cama de nuevo, pero no hay ganas porque el cansancio te puede así que asumes que hay que dormir en esa fullería de cama esté como esté.

 

 

Pues aquí está la cuestión, muchas veces en la vida ocurre lo mismo que al hacer la cama. 

Vamos con prisa a todas partes y otras veces, simplemente no tenemos ganas de esforzarnos por hacer las cosas bien. 

Y el caso es que somos conscientes de que hay situaciones, momentos y sentimientos que van haciendo arrugas dentro de nosotros. Llevamos heridas abiertas, problemas sin resolver, pequeñas o grandes crisis, enfados, contratiempos, fracasos etc. Pero la mayoría de las veces preferimos taparlos con un edredón  bien estirado antes que abordarlos de frente para solucionarlos.

Cuántas veces nos hacemos los duros cuando por dentro estamos rotos, o no queremos que ciertos pensamientos nos vengan porque nos van a hacer sufrir mucho. 

En ocasiones son lágrimas que se quedan dentro, conflictos que no se arreglan, abrazos que no se dan y ayuda que no se pide. Y de golpe todo empieza a molestar como las arrugas de la cama que no hicimos bien.

Por eso, antes de encontrarnos con los efectos de la chapuza quizá merezca la pena pararse y mirar hacia dentro de vez en cuando. 

Tal vez esta Cuaresma pueda ser una ocasión para hacer bien la cama, descubriendo las arrugas, los lados que no llegan, y procurando arreglarlos de raíz. Y si vemos que no se puede, al menos asumir que están ahí y que pueden molestar de vez en cuando. 

Que esta Cuaresma nos sirva para ser conscientes de nuestra debilidad pero al mismo tiempo nos ayude a saber dónde reside nuestra fuerza. 

Que esta Cuaresma te enseñe a confiar.

 Que en esta Cuaresma te levantes cada día pensando que todo va a salirte bien.

Que en esta Cuaresma aprendas que aunque siempre habrá arrugas viejas y nuevas entre los pliegues de la vida, también hay muchos días  en los que nos levantamos con tiempo, alegría y ganas de hacer bien las cosas y por la noche dormimos como troncos en nuestra cama bien hecha.

 

 

 

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