TIEMPO DE EXÁMENES

Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo

Bienvenidos a la oración de esta mañana, abrimos nuestro corazón a Jesús, dedicándole estos primeros minutos de la mañana. 

Haz silencio en tu interior y escucha... 

 

Ya están aquí, otra vez, se están acercando los temidos exámenes. 

Esta época especial para todos los que estáis estudiando se convierte en un tiempo que también puede verse desde su lado "creyente" y explico esto. 

1) EL TIEMPO DE EXAMENES ES UN TIEMPO DE FE porque se despierta una religiosidad profunda. Ese momento en que recordamos que Dios es todopoderoso y que a lo mejor puede influir misteriosamente en la mente de los profesores para que pongan justo los temas que mejor te sabes: "Dios mío, Dios mío, que caiga este tema". El intento es bueno, pero si al final no apruebas no te enfades con Dios. Hay otros candidatos mucho más idóneos para ser el blanco de tu enfado: Los profesores (mira que preguntar eso); tus amigos (por obligarte a salir y eso); o incluso tú mismo que igual no has estudiado todo lo que debieras o no has estudiado con tiempo.

2) EL TIEMPO DE EXÁMENES ES UN TIEMPO DE CONVERSIÓN: Dicen que la Navidad es el tiempo de los buenos propósitos. Qué va.

 Para un estudiante el tiempo de los buenos propósitos es el período de exámenes: La próxima vez empezaré desde el principio; esto no me vuelve a pasar. 

Y el reto máximo: "El año que viene no falto a ninguna clase".  Cuando pienses en todas estas cosas, apúntatelo en el móvil y ponte una alarma para recordarlo al inicio del próximo curso.  Si luego lo cumples, genial. Si no, al menos podrás reirte de tu ingenuidad.

3) EL TIEMPO DE LOS EXÁMENES ES UN TIEMPO DE IRA: Llegan los exámenes y entonces odias a todo el mundo. A tus hermanos, que hacen ruido solo para fastidiarte. A los vecinos, que ponen música a todo volumen. A tus padres, que te preguntan qué tal va a todo y no se dan cuenta  de que todo va terriblemente mal y no tienes ganas de hablar. A tus amigos  por ser una mala influencia. 

Tal vez habría otra forma de ver las cosas: tus hermanos tienen que seguir con su vida. Los vecinos ni siquiera saben que estás en exámenes. El interés de tus padres es preocupación real y no un reproche. Y tus amigos lo son para las horas buenas y las malas. 

Por lo tanto tu mal humor no arregla nada así que sonríe.

4) El TIEMPO DE EXÁMENES ES UN TIEMPO ESPECIAL: En tiempo de exámenes el mundo se paraliza. No hay espacio para todas las actividades complementarias que habitualmente tienen un hueco en tu agenda: ni correr, ni gimnasio, ni clase de música o idiomas, ni leer novelas, ni pachanguita de fútbol, ni compras, ni ver series….. 

Y en cambio tu universo se puebla de nuevos compañeros de camino: café (muy cargado), toneladas de papeles y apuntes escritos en clave, ojeras, despertadores que suenan muy pronto….. 

Ante todo esto mucho ánimo. La vida normal volverá. 

 El tiempo de los exámenes es una etapa en la que toca tirar un poco más del carro. 

Es este un tiempo para comprender que en la vida cada proyecto, cada compromiso, cada objetivo que nos marcamos, puede requerir su dosis de entrega. Y así está bien.  

Hay que entender este tiempo de esfuerzo, como parte de tu búsqueda de un lugar propio en el mundo. Es poder ubicarlo en el horizonte más amplio de tus metas, tus sueños, tus proyectos. Y que esos sueños te hagan capaz de luchar por algo que merece la pena. Ni más ni menos. 

Y en este tiempo de exámenes siente el abrazo de Dios

Un abrazo protector. De esos que duran un tiempo. Que te hacen sentir en casa, protegido, a salvo porque no estás solo. Un abrazo tierno. De esos que parece que te desatan los nudos que tienes dentro. Un abrazo firme, de esos que a uno le sostienen cuando los días se hacen más cuesta arriba, cuando el horizonte parece más gris y las fuerzas escasean.

Suerte a todos.

 

            

 

 

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