MARTES, 10 ENERO: NUEVA ETAPA

 CRISTO REINA, BUENOS DÍAS, NOS VAMOS PREPARANDO PARA LA ORACIÓN.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén

Bienvenidos a la oración de la mañana de hoy martes, respiremos hondo, dejemos que llegue el aire a nuestros pulmones y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana. Haz silencio en tu interior y escucha... Por unos momentos desconectamos de nuestros ruidos...escuchamos en el silencio los latidos de nuestro corazón, sentimos a Dios que nos espera.

Hace apenas unos días que ha comenzado el año y con él nosotros el Trimestre…el segundo Trimestre…como casi todos los profes os decimos un Trimestre decisivo…el temario es más difícil y largo, casi no hay fiestas para descansar…un trimestre decisivo ya que lo que hagas en estos meses va a ser reflejo del resultado final…y bien, yo os pregunto… ¿También es un Trimestre decisivo en cuanto a Dios? ¿o quizás ni te lo has preguntado?. Quizás esta historia, que escuché hace un tiempo, te haga reflexionar esta mañana:

A orillas de un gran río entre montañas, un viejo barquero esperaba con su barca a la gente para trasladarla a la otra orilla. Era persona de pocas palabras, pero en su rostro se reflejaba algo de la majestad de las montañas y de la trasparencia de las aguas del gran río.

Un día llegó un joven perdido por aquel valle, acostumbrado tan sólo al asfalto y al ruido de la ciudad. Y pidió al barquero que lo llevara con su barca a la otra orilla. Él aceptó sin decir una palabra y se puso a remar. Mientras avanzaban, a la mitad del trayecto, el joven curioso se dio cuenta de que en uno de los remos se podía leer DIOS (el roce diario de los remos había ido borrando otras letras). Molesto el joven por la palabra DIOS, que le parecía pasada de moda, empezó a decir: Hoy el ser humano con su razón ha descubierto los secretos del mundo y de la vida... Le sobra Dios. El anciano calló. Tomó el remo en el que estaba escrita la palabra DIOS, lo dejó en la barca y continuó remando sólo con el otro, en el que estaba escrita la palabra YO. Naturalmente la barca no siguió adelante, sino que comenzó a dar vueltas sobre sí misma, sin más futuro que aquel pequeño círculo en el que se movía, y a ser arrastrada por la corriente.

El joven quedó pensativo... El viejo barquero interrumpió su silencio: Necesitamos de Dios y de los demás, que es la palabra casi borrada, desgastada por la rutina diaria. Y sé que él y ellos cuentan conmigo, como lo has hecho tú, joven amigo. Y mirando al horizonte, añadió: Algo más he descubierto, que Dios y los demás están inseparablemente unidos.

Y tomando de nuevo el remo donde se leía DIOS, siguió remando y acompañando al joven a la otra orilla

¿Y tú, Tienes a Dios presente…?¿Eres de los que piensan que en la vida avanzas y progresas por ti mismo? ¿O de los que ves en los demás, en tu familia, en tus amigos, en Dios un apoyo incondicional…?

Te animo a que durante todo este año recuerdes que la Barca navegaba en círculos cuando sólo empleaba un remo…en cambio avanza, unas veces más lenta y otras más rápido cuando usa los dos…

Pon a Dios en tu vida y cuenta con aquellos que ha puesto en tu vida y caminan en ella junto a ti.

Terminamos con una oración del Padre Gras

Señor, disipa las tinieblas

de todos los ojos

que no ven la luz,

y apaga los egoísmos que impiden

la fraternidad entre los corazones

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

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