EL ABRAZO DE DIOS

 Oración de la mañana 21-09-2023

Buenos días, CRISTO REINA, nos ponemos en presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Comenzamos la oración de esta mañana serenando nuestro cuerpo, para ello adoptamos una postura cómoda, hacemos una respiración intensa, cogemos aire y soltamos lentamente…abrimos nuestro corazón a Jesús, y le dedicamos estos primeros minutos de la mañana

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CUENTO “EL ABRAZO DE DIOS”

Un hombre santo, orgulloso de serlo, ansiaba con todas sus fuerzas ver a Dios. Un día Dios le habló en un sueño: “¿Quieres verme? En la montaña, lejos de todos y de todo, te abrazaré”.

Al despertar al día siguiente comenzó a pensar qué podría ofrecerle a Dios. Pero ¿qué podía encontrar digno de Dios?

“Ya lo sé”, pensó. “Le llevaré mi hermoso jarrón nuevo. Es valioso y le encantará... Pero no puedo llevarlo vacío. Debo llenarlo de algo”.

Estuvo pensando mucho en lo que metería en el precioso jarrón. ¿Oro? ¿Plata? Después de todo, Dios mismo había hecho todas aquellas cosas, por lo que se merecía un presente mucho más valioso.

“Sí”, pensó al final, “le daré a Dios mis oraciones. Esto es lo que esperará de un hombre santo como yo. Mis oraciones, mi ayuda y servicio a los demás, mi limosna, sufrimientos, sacrificios, buenas obras...”.

Estaba contento de haber descubierto justamente lo que Dios esperaría y decidió aumentar sus oraciones y buenas obras, consiguiendo un verdadero récord. Durante las pocas semanas siguientes anotó cada oración y buena obra colocando una piedrecita en su jarrón. Cuando estuviera lleno lo subiría a la montaña y se lo ofrecería a Dios.

Finalmente, con su precioso jarrón hasta los bordes, se puso en camino hacia la montaña. A cada paso se repetía lo que debía decir a Dios: “Mira, Señor, ¿te gusta mi precioso jarrón? Espero que sí y que quedarás encantado con todas las oraciones y buenas obras que he ahorrado durante este tiempo para ofrecértelas. Por favor, abrázame ahora”.

Al llegar a la montaña, oyó una voz que descendía retumbado de las nubes: “¿Quién está ahí abajo? ¿Porqué te escondes de mí? ¿Qué has puesto entre nosotros?”

“Soy yo. Tu santo hombre. Te he traído este precioso jarrón. Mi vida entera está en él. Lo he traído para Ti”.

“Pero no te veo. ¿Porqué has de esconderte detrás de ese enorme jarrón? No nos veremos de ese modo. Deseo abrazarte; por tanto, arrójalo lejos. Quítalo de mi vista”.

No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Romper su precioso jarrón y tirar lejos todas sus piedre- citas? “No, Señor. Mi hermoso jarrón, no. Lo he traído especialmente para Ti. Lo he llenado de mis...”

“Tíralo. Dáselo a otro si quieres, pero líbrate de él. Deseo abrazarte a ti. Te quiero a ti”.

ORACIÓN

Aquí estamos, Señor Jesús: juntos en tu búsqueda. Aquí estamos con el corazón en alas de libertad.

Aquí estamos, Señor, juntos como amigos. Danos la fuerza de caminar juntos. Danos la alegría de sabernos unidos. Danos el gozo del hermano de al lado. Danos la paz de los que buscan en grupo.

Caminamos hacia Ti, subimos cansados tu montaña. Sabemos que la ascensión es dura, pero el grupo nos aguanta. Sabemos que Tú te das en lo alto, en lo de arriba. Sabemos que vale la pena subir y encontrarte.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, AMÉN.

Que tengáis un buen Jueves, ya casi hemos superado sin darnos cuenta, esta primera semana de trabajo, nervios y nuevas expectativas en este inicio de curso.

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