LA ACTITUD ANTE LA VIDA
LA ACTITUD ANTE LA VIDA
Buenos días,
Cristo reina.
Comenzamos la oración de la mañana…
Cerramos
nuestros ojos, respiramos profundamente y abrimos nuestro corazón a Dios
dedicándole estos primeros minutos de la mañana.
Lucas
era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y
siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le
iba, el respondía:
- "No puedo estar mejor".
Así que un día, movido por la curiosidad, fui a buscar a Lucas y le pregunté:
¡No es posible ser una persona positiva todo el tiempo! ¿Cómo lo haces? Lucas
respondió:
“Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: hoy tienes dos opciones: Puedes
escoger estar de buen humor o estar de mal humor. Escojo estar de buen humor.”
"Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o
aprender de ello. Escojo aprender de ello".
"Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o
puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo mostrarle el lado positivo
de la vida".
- Sí, claro, pero no es tan fácil, protesté.
- "Sí lo es", dijo Lucas. "Todo en la vida es elegir. Cuando
quitas todo lo demás, cada situación es una elección".
"Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente
afectará a tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen o mal humor".
"En resumen, TÚ ELIGES COMO VIVIR LA VIDA".
Reflexioné sobre lo que Lucas me dijo...
Con el tiempo, perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Lucas, cuando
tenía que hacer una elección en la vida.
Varios años más tarde, me enteré de que Lucas hizo algo que nunca debe hacerse
en un negocio: dejó la puerta de atrás abierta y una mañana fue asaltado por
tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, los asaltantes
sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Lucas fue encontrado pronto
y llevado al hospital.
Después de ocho horas de cirugía y semanas de rehabilitación, Lucas fue dado de
alta. Seis meses después, me encontré con él, y cuando le pregunté cómo estaba,
me respondió:
- "No puedo estar mejor".
Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
Cuando estaba tirado en el suelo, recordé que tenía dos opciones: Podía elegir
vivir o morir. Elegí vivir".
- ¿No sentiste miedo?, le pregunté. Lucas continuó:
- "Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar
bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi la expresión de sus caras,
realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces
que debía tomar una decisión.
- ¿Qué hiciste?, pregunté.
- "Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y
respirando profundo le dije: Sí, a las balas - Mientras reían, les dije: estoy
escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto".
Lucas vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa
actitud.
¡Señor y Rey, ayúdanosa buscar siempre las cosas buenas que hay en nuestro
interiory aponerlas al servicio de los que más lo necesitan, consiguiendo de
esta manera que te reconozcan a ti en nuestras acciones!
Cristo
vence…