LÁPICES

 Buenos días CRISTO REINA, nos preparamos para escuchar la oración de la mañana. Adoptamos una postura cómoda, la espalda sobre el respaldo, ambos pies en el suelo y manos sobre las piernas, hacemos una respiración profunda y vamos cerrando los ojos o bajando la mirada, prestando atención al ritmo de nuestra respiración y disponemos nuestro corazón y nuestra mente a escuchar la oración. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy me gustaría reflexionar contigo sobre lo que Dios quiere de ti y para eso te voy a poner un ejemplo sencillo. Todos tenemos en nuestro estuche lápices… Alargados y con un pequeño borrador en el extremo… para cuando nos equivocamos.

Date cuenta de que el borrador es mucho más pequeño que el lápiz, indicando que a pesar de que nos equivocamos, es mucho más lo que escribimos bien de lo que borramos.

Sin embargo, muchas veces pensamos que es más lo malo que lo bueno en nuestras vidas, creemos que nuestra vida no vale, o que nacimos para tener problemas….pero si te pones a mirar bien, es todo lo contrario.

Nos dejamos llevar por los momentos de cansancio, de desilusión, de amargura por las dificultades de la vida, por las derrotas sufridas, por la falta de ayudas y de modelos, por la soledad que lleva a la desconfianza y a la depresión, por la incertidumbre del futuro.

Adelante, no te detengas ante estos momentos…ante pequeños errores; bórralos, escribe encima y continúa, pues Dios te ha dado la capacidad de hacer muchas obras buenas. Si te detienes para pensar en lo poco o mucho que has tenido que borrar, dejarás de escribir tu parte en el libro de la historia que Dios ha dado a cada uno.

No existen errores! Los acontecimientos que atraemos hacia nosotros, por más desagradables que sean, son necesarios para enseñarnos lo que necesitamos aprender.

Cuando iniciamos la vida, cada uno de nosotros recibe un bloque de mármol y las herramientas necearías para convertir ese bloque en escultura. Podemos arrastrarlo intacto toda la vida, podemos reducirlo a cascajos o podemos darle una forma gloriosa.

Esta mañana se nos invita a estar activos y a no detenernos ante las dificultades de la vida. Recemos hoy para que nuestro Padre nos ayude en esta tarea; nos ayude a entender que las dificultades de la vida son una oportunidad para crecer y mejorar. Recemos para que nos sintamos acompañados y ayudados por él, así como se sintieron el Padre Gras y la Madre Inés en tantas ocasiones.

Señor, desde el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fortaleza.

Quiero mirar hoy el mundo con unos ojos llenos de amor; quiero ser paciente, comprensivo y amable.

Quiero ver, más allá de las apariencias, a tus hijos, mis hermanos, tal como Tú los ves, para no mirar más que lo bueno de cada uno.

Cierra, Señor, mis oídos a todo lo que sea calumnia; guarda mi lengua de todo malquerer; que sólo permanezcan en mí los pensamientos que te alaban.

Que yo sea de tal manera, que cuantos se acerquen a mí descubran tu presencia.

Lléname de todo lo tuyo, para que a lo largo del día te revele en todo y a todos.

Amen

· Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera, Cristo Luz infinita, alumbre nuestra inteligencia, amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén

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