LUNES 31 DE MARZO

 Buenos días, Cristo Reina, nos vamos preparando para la oración de la mañana.

Música – Béndito de HAKUNA GROUP MUSIC

¡CRISTO REINA!

Hoy lunes, día 27 de Cuaresma, nos disponemos a escuchar la oración de la mañana y para acoger lo quevamos a escuchar, disponemos nuestra mente y nuestro corazón, para ello vamos a cerrar nuestros ojos y tomar una posición cómoda en nuestra silla.

Comenzamos la oración de la mañana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. 

Lectura del evangelio San Lucas 15, 1-3. 11-32

Jesús les dijo esta parábola: 

“Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:

“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre le repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo los suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

 Recapacitando entonces, se dijo:

“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.

Se puso en camino hacia donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo:

“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

Pero el padre dijo a sus criados:

“Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron el banquete.

Palabra de Dios 


Esta parábola nos recuerda la importancia de la familia y el amor incondicional que nuestros padres nos ofrecen, incluso en los momentos más difíciles. Al igual que el SEÑOR nos ama profundamente. Aunque a veces nos alejemos de Él, su perdón es infinito y siempre está dispuesto a recibirnos de nuevo. 


Hoy, rezamos para que podamos sentir ese abrazo cálido y reconfortante que nos brinda cada vez que regresamos a su lado, como el hijo pródigo que encontró el camino de vuelta a casa. 

Todos juntos rezamos el PADRE NUESTRO: 

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Terminamos la oración con estas Palabras del Padre Jose Grass:

“Tu eres mi Amigo que se me confía, mi Guía que me dirige, mi Padre que me sonríe, mi Protector que me guarda y mi Maestro que me enseña”.

CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRA NUESTRA INTELIGENCIA. AMÉN

EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO DEL ESPIRITU SANTO AMÉN

¡Qué tengáis un feliz día! 

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