Vuelve a mi con todo el corazón
Siéntate de manera
cómoda, … la espalda bien apoyada en el respaldo de la silla…los brazos
descansando sobre las piernas o sobre la mesa…respira profundamente…haz
silencio en tu interior y escucha a Dios que te habla al corazón.
Nos ponemos en
presencia del Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Aunque desde hace unos
días las nubes apenas nos dejan ver el sol, seguro que te has dado cuenta de
que los días ya son un poco más largos. A todos nos gusta cuando se acerca la
primavera, porque hay más horas de luz, parece que te da tiempo a hacer más
cosas, y cuando te levantas por la mañana incluso te sientes más contento.
Si lo piensas un poco,
cada vez que amanece, lo importante no es la hora a la que sale el sol ,sino
que tienes por delante 24 horas completamente nuevas para ti. Una página en
blanco por escribir, una nueva oportunidad para ser mejor.
Jesús nos pide que en
esta Cuaresma limpiemos nuestro corazón antes de que llegue la gran celebración
de los cristianos, el Domingo de Resurrección. Para conseguirlo, tenemos que
ser capaces de mirar con atención lo que hemos hecho el día anterior y
reconocer que hay cosas que debemos cambiar.
Hay cosas que todos podemos
y tenemos que cambiar en el mundo, y que además están muy claras: no robar, no
mentir, no matar, ayudar cuando hay una catástrofe… Parece que todas esas cosas
son “de cajón”. Pero las cosas que nos pide Dios“no son de cajón”.
Dios nos pide que miremos
a nuestro alrededor y seamos sensibles a lo que necesita nuestro hermano, que
no vivamos en la superficialidad,porque allí no está Jesús.
Parece sencillo de
entender, pero hay gente que no descubre que necesita dar más cariño, más
tiempo, más detalles, más palabras, más abrazos... Hay gente que no se da
cuenta de que existen otros que necesitan algo que salga de nuestro corazón...
Hay corazones que sufren porque los nuestros se hacen un poco de
piedra...
A veces nos disculpamos o
justificamos diciendo: “Es que yo soy así”... A lo mejor
poco a poco te has hecho así, pero puedes ser de otra manera. Estás llamado,
invitado a ser de otra manera, más humana, más divina. Por delante tienes la
Cuaresma para escuchar dentro de ti: “Vuelve a mí de todo corazón”.
“Vuelve a mí con todo el corazón”.
Terminamos con una
oración del Padre Gras:
Jesús, Tú ves mis
pensamientos y mis deseos, purificas todo lo que amo.
Tal como soy me presento ante tu misericordia. Te ruego, Señor,
que no permitas me
engañe en mis juicios, ni me desoriente en mis aspiraciones,
ni se ciegue mi voluntad en sus deseos. Quiero amarte más que a todas las
cosas, porque Tú solo eres mi bien absoluto,
mi dicha suprema, mi gozo
perfecto.
CRISTO VENCE, CRISTO
REINA, CRISTO IMPERA, CRISTO LUZ INFINITA ALUMBRE NUESTRA INTELIGENCIA, AMÉN