LUNES 22-03-2021

 Cristo reina

 

Comenzamos la oración de la mañana en el nombre del Padre,…

 

El discípulo preguntó al maestro “¿Qué tengo que hacer cada día para conquistar un poco más a Dios?”. “Nada”, respondió el maestro, “como no lo puedes hacer para que el sol nazca cada mañana un poco más temprano”. Entonces, replicó el discípulo  “¿para qué orar?” A lo que el maestro le dijo “para que cuando salga el sol, que es tanto como decir para que cuando Dios se quiera revelar, en lugar de encontrarte dormido, te encuentre despierto”.

 

 

Toda nuestra vida es una búsqueda de Dios.

Y le vamos encontrando paso a paso, 

momento a momento, en nuestro caminar.

La actitud de quien busca…

es ya una razón para esperar el encuentro.

No te canses. Rastrea las huellas de Dios.

Sus manifestaciones están muy cerca de ti:

en las personas, en la naturaleza, en los acontecimientos…

Busca el rastro de Dios en sencillez, con paz interior.

 

A Elías, profeta de Dios, se le manifestó Dios en Horeb.

Junto a la montaña, esperó la presencia del Señor.

Pasó un viento huracanado; pero en el huracán… no estaba Dios.

Hubo un terremoto; y en el terremoto… no estaba Dios.

También pasó el fuego; y en el fuego… no estaba Dios.

Después del fuego sopló una brisa suave; y en la brisa… se oyó  la voz del Señor

(1 Reyes 18, 9 a 13)

 

Seguimos es Cuaresma, tiempo especial de gracia y conversión, ideal para deshacernos de todo lo que nos impide sentir esa brisa en la que Dios nos habla y prepararnos adecuadamente para la Pascua.

 

Aprovecha para

 

-       dejar atrás ese viento huracanado de juzgar a otros y sentir la brisa del Cristo compasivo que comprende y perdona.

 

-       alejarte del ciclón de las palabras hirientes y llenarte del suave aire de frases que purifican, animan y consuelan.

 

-       apartarte del descontento y la frialdad que traen los fuertes vientos del norte y llenarte de paciencia.

 

-       huir del fuego de la ansiedad y la preocupación y rodearte de confianza en Dios.

 

-       olvidarte de las quejas y menosprecios para llenarte de aprecio a lo que te rodea.

 

-       salir del tornado de las prisas  y orar tranquilamente ante Dios.

 

-       evitar ese vendaval de odio y rencor para llenarte de corazón grande y de perdón.

 

No busques a Dios desde el huracán de tu violencia,

desde la prisa de tu actividad “interesada”… No LE encontrarás.

Si tu vivir es un terremoto de angustias y frustraciones,

de intranquilidades e incertidumbres, si en tu interior no hay paz…

no esperes la voz de Dios.

 

Desde el fuego de la pasión descontrolada,

desde la vehemencia de “amores” que no son Amor…

no puedes ser sensible a la Presencia de Dios.

 

Mira si en ti hay “brisa”:

 

            la brisa del servicio y de la entrega,

            la brisa del “detalle” para el hombre, tu hermano,

            la brisa de la paz de conciencia,

            la brisa de la caridad.

 

PORQUE EN LA BRISA HABLA DIOS

 

Cristo vence, Cristo reina,…

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