Vida espiritual

 

Buenos días, Cristo reina, nos preparamos para la oración de la mañana (momento de silencio). En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

            CRISTO REINA, Respiremos hondo, dejemos que nos llegue el aire a nuestros pulmones, soltamos lentamente y abramos nuestro corazón a Dios, dedicándole estos primeros minutos de la mañana.

 

El cristiano de hoy  se enfrenta  a muchos problemas y distracciones que dificultan mantener la mente y el corazón enfocados en lo realmente importante. Un cuento sobre un rey rico , conocido por su indiferencia a las riquezas materiales y su profunda religiosidad, ofrece una lección.

 

Un súbdito curioso le preguntó al rey cómo mantenía su vida espiritual en medio de tanta riqueza. El rey le pidió que recorriera su palacio con una vela encendida, advirtiéndole que si la llama se apagaba, lo decapitaría. Al final del recorrido, el súbdito confesó que no había visto nada del palacio porque estaba concentrado en mantener la vela encendida. El rey reveló que ese era su secreto: estaba tan ocupado avivando su llama interior que no se dejaba deslumbrar por las riquezas externas.

La lección es que debemos enfocarnos en nuestra vida espiritual y mantener nuestra mente y corazón en el Señor para no ser desviados por las trivialidades y preocupaciones materiales.

Reflexión:

Despues de escuchar esta historia  pregúntate

  1.  
    • ¿Qué distracciones o preocupaciones en tu vida diaria te impiden enfocarte en lo que realmente importa?

 

    • ¿Cómo puedes fortalecer tu relación con el Señor en medio de las dificultades y tentaciones diarias?
    • ¿Qué acciones concretas podrías tomar para mantener tu mente y corazón enfocados en el Señor?

 

 

 

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